Título original: Due Date
País: EEUU
Duración: 100 min.
Director: Todd Phillips
Guión: Alan R. Cohen, Alan Freedland, Todd Phillips, Adam Sztykiel (Story: Alan R. Cohen, Alan Freedland)
Música: Christophe Beck
“[…] Una comedia fresca, movida y con risas leves arrancadas a base de guión […] Entretiene dentro de un aceptable previsibilidad y divierte con liviandad, pero también con eficacia […]”
Lo que pudo haber sido, fue, y Todd Phillips, después de su exitoso “Resacón en Las Vegas” (2009) ha ofrecido al espectador sencillamente lo que prometía: un buen puñado de escenas simpáticas y muy divertidas que sin llegar a tocar -ni rozar- el desternille hacen las delicias de aquellos que buscábamos una comedia fresca, movida y con risas leves arrancadas a base de guión, con muchas situaciones de acción frenética en las que lo visual es, también, inmensamente atractivo. No podíamos esperar menos de una comedia que deja en manos de la carretera el porvenir de sus dos principales protagonistas, viéndose obligados a aguantarse el uno al otro, por ser ambos la única bala que les queda en la recámara para llegar a tiempo a los lugares que pretenden y, por esto, ser partícipes de dispares acontecimientos que dan como resultado un entretenimiento muy grato.
Y esta es la fórmula, en la que Peter Highman (Robert Downey Jr.), un impulsivo, serio y ciertamente arrogante arquitecto que se encuentra de viaje de negocios y que se dispone a regresar a casa para ver el nacimiento de su primer hijo, y el estrafalario, arrollador (como él mismo se define) e incansable personaje Ethan Tremblay (Zach Galifianakis), coinciden por obra y gracia del azar en un aeropuerto que se convertirá en el punto de partida para justificar el viaje que ambas figuras protagonizarán. A partir de esto, la misión de ambos es cruzar los Estados Unidos, de punta a punta, en coche, siendo los miles de kilómetros de carretera y sus pertinentes moteles y establecimientos de las vías de servicio el principal recurso de un escenario que también incluye algunas vistas maravillosas de las que también es testigo Sonny, un encantador perro con cara de pocos amigos que se permite el lujo de robar varias escenas en las que su mirada, lo dice todo. También decir que, como en toda ‘road-movie’, nos iremos encontrando individuos sin desperdicio a lo largo y ancho del territorio recorrido, que ayudarán a inflar el globo cuando éste más lo necesite. Entre esas fugaces apariciones podremos ver a Jamie Foxx (prácticamente un simple pero activo extra) en el papel de amigo de Peter, y al rapero RZA como guardia de seguridad del aeropuerto.
Tan de agradecer es la historia vivida por los citados personajes como las consiguientes interpretaciones de quienes los encarnan. Robert Downey Jr. ya había dejado sus pizcas de humor e ironía en las dos películas que dan vida al superhéroe “Ironman” (2008), además de en “Sherlock Holmes” (2009). La personalidad demostrada en las mencionadas producciones guarda una relación más que profunda con la desempeñada por el actor en “Due Date”, lo cual le hacía el ideal para desarrollar un trabajo de estas características, siendo su valoración en este epígrafe, de notable, por la fluidez y buen hacer de un papel interpretado por todo un experto con más de setenta apariciones en el cine. Zach Galifianakis (que ya vivió lo suyo en “Resacón en Las Vegas”), días después de protagonizar en televisión el “histórico” momento en el que alguien, por primera vez, se encendía un porro en ese ente, se trajo la marihuana restante para disfrutarla su personaje, a modo de medicamento por un supuesto glaucoma, en toda una serie de momentos que nos hacen creer que el susodicho, está realmente fumado. Lo hace bien, muy bien, y es desde luego su “amarihuanado” -y también, amariconado- personaje, el principal aliciente de esta comedia, pues sobre él recae el peso de la mayor parte de los “gags”.
Para hacernos más ameno este viaje, la banda sonora de la película reúne una nada despreciable selección musical en la que se dan cita rap, rock y country, con temas como el “Check yo self” de Ice Cube, “Sweet Jane” de Cowboy Junkies, «People are crazy» de Billy Currington y por supuesto, el “Hey You” del inimitable grupo Pink Floyd, que hace presencia en un alucinógeno pasaje de esta disparatada y amena comedia que entretiene dentro de una aceptable previsibilidad y divierte con liviandad, pero también con eficacia.
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
Deja una respuesta