Título original: Death at a Funeral (Frank Oz, 2007) – 90 min

Frank Oz, director de la última y entretenida película en la que participó el mítico Marlon Brando, “The Score (Un golpe maestro)” (2001) junto a Robert DeNiro y Edward Norton, rejuvenece la comedia norteamericana con esta cinta que supone un soplo de aire fresco para el género. Por sus divertidas situaciones, impecable combinación fotográfica y musical y sus notables interpretaciones, “Un funeral de muerte” es una muy buena elección a la hora de tener que decidirse por ver una comedia que asegure diversión sin faltar a la inteligencia. La película se tiñe de negro para dar paso a un humor ácido, desvergonzado y eficaz presente durante 90 minutos que incluyen escenas de auténtico desternille.

Desde los créditos principales veremos una representación animada de cómo el coche fúnebre llega hasta el hogar familiar en el que la familia celebrará la misa que despedirá eternamente al muerto. Acto seguido vendrá la primera sorpresa, que anticipa los buenos momentos que podremos pasar con el visionado de este filme. El argumento se centra en una familia inglesa de clase alta que pasa un álgido y triste momento: el padre de familia, ha fallecido. Daniel (Matthew Macfadyen) es uno de los hijos del fallecido y el principal encargado de que el funeral transcurra con la normalidad, dignidad y grandeza que merece su padre. Prorgresivamente irán llegando personajes de lo más variopinto, -de los que me reservo las alusiones para no destripar sus divertidas actitudes, que merecen ser vistas durante el desarrollo del metraje- y con ellos los momentos más ocurrentes. El caso es que el pobre Daniel, con el impagable rostro apático que conservará durante toda la película, no se imagina que el día del entierro de su pobre progenitor vaya a ser uno de los más locos de su vida.

funeral

Centrándonos en las interpretaciones, Matthew Macfadyen (“Orgullo y prejuicio”, 2005) se convierte con su impoluto trabajo en uno de los reclamos de esta cinta, flanqueado por Andy Nyman, Peter Dinklage, Alan Tudyk, Kris Marshall y Ewen Bremmer. Muchos nombres, sí, y es que todo el reparto tiene para dar y tomar. Grandes papeles y divertidísimas escenas protagonizadas por todos ellos en una cinta digna para el recuerdo, de la que quiso aprovecharse el director Neil LaBute (“The Wicker Man”, 2006), realizando un remake tres años más tarde (2010), de menor interés y sin el respaldo de la crítica que sí consiguió la cinta de Frank Oz.

En el apartado musical, el compositor inglés Murray Gold ejecuta unas partituras alegres, animadas y muy agradables que acompañan durante la gran parte del metraje a todos los personajes y que se combinan excelentemente con la técnica de la película, contribuyendo esto a crear una comedia diferente que promete, como poco -a mi me arrancó varias carcajadas-, un buen rato.

Nota del autor:
7,0
███████ (Buena)

 

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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