Burn After Reading (Joel y Ethan Coen, 2008) – 96 min
No es una de las mejores películas de los hermanos Coen, pero merece la pena verla porque conserva algo que casi siempre nos ofrece el director bicéfalo: una gran historia, un buen puñado de minutos de diversión y algunas excentricidades a las que nos tienen acostumbrados. Todo comienza con Ozzie Cox (un descomunal y excesivamente histriónico John Malkovich), un agente de la CIA que escribe felizmente sus memorias en un CD, incluyendo en ellas las experiencias vividas en la Agencia.
¿Y qué es lo que puede pasar en una comedia cuando alguien tiene en su poder un CD que promete información valiosa? Pues que se extravía y se arma el lío padre. Y esto es lo que los Coen nos cuentan extraordinariamente, ofreciéndonos humor desde todos los flancos, empezando por el citado Malkovich y terminando en un Brad Pitt que según alguno es el cómico revelación de la temporada.
Maldita mujer (Tilda Swinton) la de Ozzie Cox, que se le ocurre deshacerse del CD, que cae en las manos de unos singulares monitores de gimnasio: el alegre, ingenuo y flipado Brad Pitt y su compañera interpretada por -como no, debía aparecer por aquí- Frances McDormand, una desesperada solterona, obsesionada por sus complejos. Mientras la CIA sigue el caso con suma profesionalidad, uno de los empleados del gimnasio y ahora portador del CD de la discordia se encuentra (cosas del destino) con nada menos que el amante (George Clooney) de la mujer de Ozzie Cox.
En fin, un lío, grandiosamente contado, en una película limpia, buena, cómoda de ver, que puede gustar más a unos que a otros -como todas las películas, pero en concreto, ésta es de “esas”- pero que desde luego promete 96 minutos de entretenimiento bien cocinado.
Me quedo, por encima de todo, con la interpretación de John Malkovich.
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
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