La siciliana ribelle (Marco Amenta, 2009) – 113 min
Dirigida por el director palermitano Marco Amenta y basada en hechos reales, la trama de esta película nos acerca a la figura de Rita Atria, una joven siciliana de familia mafiosa y agridulce infancia que después de verse salpicada por el sangriento mundo de la Mafia, decide vengarse de la misma convirtiéndose en colaboradora de la Justicia. Este hecho conmovió al país justo en uno de los momentos más tensos que le tocó vivir al Estado italiano, encontrándose contra las cuerdas frente a una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. La actriz Veronica D’Agostino da vida a Rita desde una profunda credibilidad y naturalidad, cinco años después de su participación en la televisiva película italiana de argumento relacionado con el de esta cinta, «Paolo Borsellino» (2004), precisamente el nombre del juez encarnado estupendamente por el francés Gérard Jugnot («Los chicos del coro«, 2004), aunque en la película no aparezca como referencia explícita sobre el mismo y sólo lo haga en los créditos finales, en forma de dedicatoria a las dos personas reales en las que se inspira el filme para dibujar a sus protagonistas.
Con una atmósfera cargada de angustia y tensión por lo que les toca padecer a sus personajes, transmite con sobriedad aquello que el director pretende, dejando ver al espectador unas imágenes dotadas de gran realismo, gracias en parte a sus escenas perfectamente ambientadas en la época en la que se basa el argumento (entre las décadas de los años ochenta y noventa), situado entre las localizaciones de Palermo (Sicilia) y Lazio (Roma).
El guión, del propio Amenta y basado en los documentos facilitados por la Justicia de los que pudo disponer, se transforma en diversos momentos en una narración de la protagonista, leyendo los diarios que escribe y que le servirán como prueba para presentar en un futuro al tribunal. Lejos de crear un dilema, la película aclara el aislamiento al que mafiosos y Estado (a veces ambas cosas significaban lo mismo) sometieron al desconcertado pueblo siciliano, ese de gente que cuando veía un problema, cerraba puertas y ventanas y se encerraba en casa, o pronunciaba frases como la empleada en una de las escenas de la película: “mira para otro lado”. Ese que miraba con respeto a los caciques mafiosos y detestaba a los esbirros (policía) por saberse abandonado por la misma. Ese que nunca se llegaría a imaginar que un juez estaría dispuesto a llegar hasta el final para garantizar la libertad de todos, aún poniendo en riesgo su propia vida.
Ciertos momentos de la película pueden recordar a la miniserie italiana «El capo de Corleone«, dirigida en 2007 por Alexis Cahill y Enzo Monteleone, como por ejemplo la colaboración que mantiene con la Justicia alguien ligado a la Mafia, los esfuerzos de un juez por poner fin a la opresión criminal, la propia ambientación de la cinta y cómo se pinta al pueblo siciliano, su ritmo trepidante, etc.
La música de la cinta corre a cargo de todo un garante del saber hacer de nuestros tiempos, Pasquale Catalano, autor de bandas sonoras como la magistralmente escrita para «Las consecuencias del amor» (2004) o la aclamada miniserie de doce capítulos dirigida por Stefano Sollima, «Roma Criminal» (2008).
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)
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