Título original: Invictus
País: EEUU
Primera proyección: EEUU, 3 Dic. 2009
Duración: 134 min.
Director: Clint Eastwood
Guión: Anthony Peckham (Libro: John Carlin)
Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens
“Llena de mensaje, tan bella como poética, fiel a la realidad, correcta en la forma de ofrecernos lo que transmite, a veces con cierto temor a tocar algunos ciertos temas para no caer en lo vulgar […] Un mensaje auténtico y una película buena en términos generales que supone un gran documento para la retina […]”
Guiado por las palabras de Kirk Honeycutt, del The Hollywood Reporter, quien afirma que es un placer encontrar una película que realmente habla de algo, me dirigí al cine a ver la nueva obra de uno de mis directores más preciados, Clint Eastwood. Después del visionado de la misma comprobé que las palabras del crítico eran las más adecuadas y las que mejor definían a esta cinta llena de mensaje, tan bella como poética, tan fiel a la realidad como correcta en la forma de ofrecernos lo que transmite, a veces con cierto temor a tocar algunos temas para no caer en la vulgaridad o crear polémica barata.
Eastwood prefiere hacer las cosas con el estilo del maestro, haciendo gala de su habitual elegancia y discreción, ofreciéndonos el lado más humano de Nelson Mandela -que no es poco- ajustándose a la realidad para contar cómo Sudáfrica vivió su gran cambio, dejando atrás el apartheid (la discriminación racial aplicada en el país susodicho por la raza blanca frente a la negra) e iniciando un nuevo curso político que pensaba en cicatrizar las heridas existentes reformando las cosas con buen temple y uso de la lógica, huyendo de las políticas vengativas y rencorosas.
Algo que se pudo ver en la decisión que tomó al contradecir a su ministerio de deportes y a la federación del mismo género, que tenían la intención de cambiar los colores, el escudo y hasta el nombre del equipo nacional de rugby (conocido como los Springboks) por considerarlo símbolo del apartheid. Viendo un partido de rugby, Mandela (interpretado extraordinariamente por Morgan Freeman) y tras comprobar cómo la población blanca anima alegremente a los Springboks mientras que la negra hace lo propio con equipos de otros países, afirma que ningún elemento simbólico del equipo debe ser cambiado, pues no se puede arrebatar a la población blanca lo que tiene, su equipo de rugby, y lo meritorio reside en conseguir que la escéptica gente de color se una a la pasión por los Springboks y con ello, todas las razas compartan una misma ilusión bajo los símbolos que representan la unión de todos ellos.
Una forma para conseguirlo es el mundial de rugby que se celebra en Sudáfrica, un gran escaparate internacional. Ganarlo sería la mejor culminación del cambio político, que buenamente pretendía unir a negros y blancos, pero los Springboks no eran entonces más que un equipo mediocre que era arrasado por cualquier rival. Su capitán Francois Piennar (encarnado por un más que correcto Matt Damon) es contactado por Mandela para poder redirigir las cosas y conseguir como poco ofrecer la mejor cara en el mundial de 1995.
Una gran película que al estar basada en un hecho real no puede cambiar la Historia a su manera, a menos que Clint Eastwood sea un Dios y tenga este poder. Sepan que si la ven, van a contemplar una historia de verdad, un mensaje auténtico y una película buena en términos generales que supone un gran documento para la retina, pero que está desprovista de gran movimiento y conserva una atmósfera pausada durante todo su metraje.
Nota del autor:
9,0 █████████ (Excelente)
COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE
Miquel Alenyà
“La obra analiza los motivos y factores que generan cohesión social y los que por el contrario engendran rivalidad y enfrentamientos […] Eastwood desgrana una historia saturada de humanismo, como las que a él tanto le gustan, que explica con sencillez y facilidad […] se explica con claridad y a la vez con honradez: no manipula los sentimientos del espectador […] No abunda, pero no está ausente el sentido del humor […] El relato es sencillo, simple e incluso simplista en algunos pasajes, pero siempre es limpio y objetivo […] algunos fallos, como la linealidad de los caracteres principales y complementarios, pero el discurso que desarrolla es honesto, pulcro y elegante […] Destellos de gran cine, de rodaje magistral y de montaje preciso e imaginativo […] El film, con pretensiones de obra menor, contagia ilusión, confianza en el ser humano y optimismo. Se ve con gusto y llega al alma”. 8.
Deja una respuesta