
Oddity (Damian McCarthy, 2024) – 98 min. –
Ya ha pasado casi un año desde que Darcy perdiera a su hermana gemela Dani, asesinada forma violenta, mientras realizaba los primeros preparativos de su nuevo hogar. Una enorme mansión que se encuentra totalmente aislada de la civilización. Un lugar conseguido por el esposo de Dani, Ted Timmis, un elegante y frío psiquiatra que trabaja en una clínica mental rodeado con pacientes altamente peligrosos. Darcy, pese a su ceguera, decide ir a aquel lugar para saber qué ocurrió realmente; para ello se llevará un extraño y enorme objeto que invadirá de inquietud aquel lugar maldito.
Como bien sabemos el miedo es uno de los sentimientos primigenios que ya poseemos incluso antes de tomar conciencia de nuestra existencia, es uno de los pilares principales de nuestra supervivencia, es aquello que nos pone en alerta frente a un entorno que no podemos controlar y que puede poner en peligro nuestra vida. Nuestro cerebro esta diseñado para sobrevivir, en ningún caso para saber la verdad del mundo que le rodea.
Cuando el miedo se desborda, cuando el cerebro entra en colapso y percibe nuestra absoluta insignificancia… entramos en el reino del terror. Aquel lugar donde el raciocinio tiene la entrada prohibida, donde la desesperación es el aire que respiraremos. Oddity es una experiencia que nos embarcará en este reino.
Olvídate de los consabidos sustos repentinos que nos han azotado durante muchas películas para que el espectador tenga una entrada fugaz en esta zona prohibida, para unos instantes después sientas el confort de la butaca del cine y te haga recordar que los que deben de sufrir serán los personajes. Aquí el miedo es una atmósfera de la que será incapaz de desprenderse el espectador, que no sólo será testigo de lo que en la pantalla ocurra sino sentirá esa extrañeza… esa rareza (como clama el título del film) continua que reside en los habitáculos donde viven los personajes y en las almas atormentadas de los mismos. En sus oscuros corazones que parecen ocultar la maldad que no desea ser expuesta en público.
Estamos acostumbrados a ver en cualquier historia unos personajes de los que podemos intuir la maldad o la bondad que su corazón encierra. Creamos nuestro prejuicio, levantamos nuestro muro de insensibilidad y permanecemos en nuestra confortable posición de espectador. Pero, ¿que ocurre cuando cada personaje que aparece en la gran pantalla parece ocultar algo oscuro? ¿qué ocurre cuando estas en un manicomio y sientes por un momento que dentro de esos muros eres solo una mosca atrapada en una tela de araña invisible?
Esa sensación es algo que sentirás durante todo el film. Algo que se acentuará con una fotografía exquisita que nos mostrará que en cada oscuridad hay algo que nos acecha, que en una mansión aislada de Irlanda no hay un lugar seguro cuando cae la oscuridad y el invitado es un ser que en vez de buscar tu felicidad tiene hambre de tu pánico.Inteligentemente el director y guionista Damian McCarthy, Caveat (2020), pone debajo de la mesa esos horrores ocultos que se enraízan en la psique colectiva y uno a uno (sin causa aparente) los expondrá encima de la misma sin decir ni una palabra.
Cosas que no entendemos (y que públicamente vanagloriaremos como una ridiculez) pero que nuestro interior como si del latido del corazón de una presa se tratara no podremos calmarlos. Miedo a los objetos maldecidos (que inundarán la tienda de antigüedades que regenta Darcy), miedo a morir con dolor (las muertes que se presentan en el film no te dejarán indiferente), miedo a que un lugar quede maldito por un hecho horripilante (que nunca podrá ser limpiado), miedo a acabar en una clínica mental donde el sadismo sea un principio, miedo a la conexión (casi sobrenatural) de los gemelos, miedo al diferente (Darcy además de ser una medium es albina y ciega o el enfermo mental que le falta un ojo. Casualmente ambos carecen del “espejo de sus almas”)… Miedos que quizás de forma consciente no notemos pero que siempre han revoloteado en nuestras pesadillas.Darcy en su misión casi divina – aunque dudo que Dios nunca estuviera en sus labios- tiene la convicción de que la venganza por la muerte de su hermana debe ser su único fin en la vida. Ojo por ojo, la justicia es para débiles. Y el culpable o los culpables deben sufrir el peor de los castigos inimaginables.
Para ello traerá una enorme estatua de madera (que más parece el mascarón de proa de algún barco maldito o de algún cuadro horripilante de Beksinski) cuyo rostro de terror incomodará no sólo a los que viven en la mansión sino al mismo espectador (que se sentirá desconcertado por el fin de aquel “regalo”).
Frente a ella un arrogante y calculador psiquiatra que manipula a nuestra querida ciega como si de una rata de laboratorio (también albina) se tratara; a él se unirá Yana, la novia que tiene ahora y en la que Darcy no confía que se convertirá en una esponja de terror de todos los extraños acontecimientos que nos deparará en la mansión. Y sin olvidar a esos inquietantes pacientes de la clínica mental de Ted -que al igual que nosotros- serán testigos de atrocidades cuyas mentes no pueden describir. Sólo podemos sentirlas en sus rostros desencajados, todo… todo conformará piezas de un puzzle que nos adentrará en el verdadero horror.No quiero adentrarme o detallar demasiado en la trama en sí, o la escultura horripilante de madera, porque aunque es interesante y todo lo que aparece, aquello que es evidente, aquello que se intuye, aquello que se rehuye, todo al final compone un telar donde no hay puntada sin hilo. Lo importante en Oddity es la atmósfera terrorífica que crea, la sensación de querer escapar de esa mansión, de esa clínica mental, de esa tienda de curiosidades… y de volver a la seguridad de nuestro hogar.
Esta atmósfera jamás sería conseguida sin uno de los personajes más importantes en la película: la banda sonora. Con el intimidante score de Richard G. Mitchell donde el silbante viento se convierte en un instrumento más, junto con el crujido del suelo de madera, y cuyos enigmáticos temas nos llevan a un continuo desasosiego.Destaco también lo bien que está la dirección de actores. Eso sí, tengo que destacar a Carolyn Braken la cual hace magníficamente el doble papel de la temerosa y amable Dani y la recelosa y oscura Darcy. Sin duda alguna sobre ella está todo el peso de la película. Maravillosa su interpretación.
Oddity podría considerarse también como un testigo moderno del terror gótico que abanderaba el gran Edgar Allan Poe; es más, durante su visionado los temas que abordan las obras como “Ángel de lo raro”, «El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether» o “Ligeia” eran como un eco apenas audible que nos acompañaba durante toda la historia.
Todo un descubrimiento este film (que directamente se ha convertido en una de mis películas favoritas del 2024) y que para mi alegría hace albergar esperanza en el género del terror. Que anima a su revisionado obligatorio y hablar de todos los pequeños detalles que en ella aparecen, porque en ellos no sólo está el Diablo sino la parte más oscura de nuestras almas.Oddity es muy recomendable para los amantes del terror, para aquellos que creen en fantasmas, para los que encuentran el retorcido encanto de la venganza, para aquellos que saben que los objetos son portales a lo peor del ser humano, para aquellos que saben que en la inquietud de un latido está la esencia del horror.
Distribuida por VERSIÓN DIGITAL
Vista con PASE ONLINE
Nota del autor:
9,0 █████████ (Excelente)
Película en CARTELERA a partir del 22 de noviembre de 2024
TRÁILER: