首 (Kubi) (Takeshi Kitano, 2023) – 131 min. –
Kubi (Título internacional)
En la época de las guerras de unificación japonesas, el foco estará sobre el intento de Hideyoshi de prosperar como general en medio de un Japón regido por la espada y las conspiraciones.
Película de samuráis dirigida por Takeshi Kitano. Inspirada en la época de los reinos combatientes, post debacle Imagawa, en el momento de auge de Oda Nobunaga. Uno de los considerados “unificadores de Japón”.
Narrará el juego de tronos y conspiraciones para ver quien llega a ser el shogun en Japón. Traiciones, puñaladas por la espalda, mentiras, masacres, locura… Todo vale con tal de ser el ganador en ese juego donde la amistad es solo un engaño y el amor una herramienta.
Intento de Takeshi de rodar una película de corte clásico de samuráis, pero como la cabra tira al monte, el maestro introducirá muchos toques de comedia, absurdo y múltiples niveles en toda la narración. Lejos de ser una película en la línea contemplativa y poética de Kurosawa (o Takeshi Miike en Hara kiri, por si queréis referencias más cercanas), tendremos una narración más rápida, animada e intensa.
Siendo Takeshi Kitano un director que se suele caracterizar por hacer películas más poéticas y sobre sentimientos (Hana-Bi, Dolls, El verano de Kikujiro…), por rodar películas con una carga muy dura y tendencia ultraviolenta (Sonatine, la saga Outrage…) o por el absurdo y el surrealismo (Getting Any, Glory to the filmmaker…), parece que en este metraje ha conseguido extraer un poco de todo utilizando el lienzo de la época que se mira más románticamente de la época samurái. Consiguiendo una macedonia que ha sido bastante de agrado del espectador.
Antes de continuar es importante tener en cuenta que a pesar del ritmo, es una película larga, más de 2 horas y que sólo aprecias en su plenitud sabiendo un poco de la época. No en pocos momentos tuve que ir haciendo apuntes a mis acompañantes sobre el por qué de cada escena. Y en la que, debido a las múltiples líneas en las que evoluciona hay muchos personajes. La película hace el esfuerzo de presentarlos a todos. Todo personaje importante tendrá un subtitulo en la película con su nombre y rango. Pero se puede hacer pesado, si no los conocías ya de antes, al tener que memorizar quién es quién.
Superado esos dos, no poco importantes, escollos, todo lo que nos seguirá es simplemente delicioso. A nivel estético es, como se esperaba, muy buena e interesante de ver. El trabajo de recreación, tanto a nivel vestuario, attrezzo es magnífico, pudiendo ir incluso a los pequeños detalles y verificar que todo es como debería ser. A nivel escenarios, la excelencia se mantiene, desde el uso de los bosques y campiñas japonesas, que sólo por lo bellas bien puede detenerse la cámara por horas, como en los poblados y fortificaciones que se muestran.
Un derroche de presupuesto en esta sección , que se mantiene cuando hablamos de los actores involucrados. Todos caras muy conocidas en la escena japonesa y alguno en la internacional (como Tadanobu Asano, que lo habreis visto en Mortal Kombat, Thor, Battleship…). Todos realizado actuaciones más que meritorias tanto en los momentos dramáticos, como cuando el ridículo entra en escena por asalto. Siendo Takeshi, el muy truhan, el que se guarda uno de los personajes más icónicos (y de los que más cariño les tengo) de la época, Hideyoshi, la rata calva al servicio de Oda Nobunaga, que recibe favores y desprecios del mismo en un torrente muchas veces indivisible.
Pero hablando de actuaciones, considero que la más remarcable es la de Ryo Kase, encarnando a Oda (lo podréis haber visto en Silencio, la saga de Outrage…). Sabiendo mostrar muy verazmente a un personaje que siempre ha sido mostrado como un profundo psicópata megalomaniaco. Que puede felicitarte mientras esta maquinado cómo decapitarte con la mayor de las frialdades o que de repente se deja arrastrar por torrentes de emociones que bien pueden haber salido del mismo infierno.
Nuestro director, que intenta ser fiel a los hechos históricos, no deja de intentar meter cucharada y aprovecha para aportar su visión personal de como debió ser la época. Introduciendo una fuerte carga en el aspecto de la leyenda de la homosexualidad entre samuráis. Con escenas que producen no poca risa y en algunos casos repulsión.
Es justamente aquí donde podemos ver una de las intenciones del señor Kitano, desacralizar. Como si de un sacerdote blasfemo se tratara. Aporta el absurdo y ridículo a toda la historia. Y, muy importante, sin que sea una película parodia. Pero con pequeñas dosis, y en los momentos justos podemos ver que su intención es bajar de ese pedestal legendario a todos los personajes. Que se antojan como miserables en no pocos momentos, cómicos en algunos y en otros como sublimemente ridículos.
Llevando la película al momento de máxima falta de respeto ante la mancha del ritual más importante en la leyenda japonesa, el seppuku.
Siendo tan justo en esa esencia, bien puedes ignorarla, si quieres. Pero a poco que pienses en la historia, ves como los fundamentos de la historia y leyenda japonesa se derrumban a manos de nuestro clown reconvertido en director.
Si antes hemos mencionado que nuestro director a cogido un poco de cada de todas las partes de su filmografía, bien podemos decir que ha cogido no pocas referencias de otras películas, como cuando adapta una escena que es el eje central en la película Samurai Marathon, o en un momento que casi parece que este referenciando a Benny Hill (en la maravillosa huida de Ieyasu, protegido por Hanzo de las hordas de asesinos).
Mi única queja personal al respecto de la película será la banda sonora, que se me antoja como de simple acompañamiento.
Muy recomendable si te gusta ver samuráis corriendo o gente decapitada por deporte.
La frase: Hanzo, tráeme a otro doble.
La escena: El maratón de samuráis a Himeji (que me recordó a la película Samurai Marathon) / La huida de Ieyasu a su castillo con las fuerzas de Mitsuhide detrás de su cabeza.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2023
Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy Buena)
TRÁILER V.O.:
