Pero, ¿qué ha pasado? ¿Dónde está todo el fuzz que suele preceder y acompañar a una película del Universo Cinemático de Marvel a su paso por la cartelera? La entrada de Paul Rudd en el panteón superheróico se ha estrenado, se ha visto y si se ha dicho algo, por lo general, no ha sido con mucho entusiasmo, cuando no directamente con disgusto.
Tenía una teoría según la cual Marvel hace una peliculaza, luego un par o tres pasables, una infumable y luego otra peliculaza. Según mis cuentas, Ant-Man iba a ser mala, pero nunca se sabe. Así que ahí estaba yo, sentada en el cine como quien se sienta delante de la tele a ver qué dan. No había oído nada, ni positivo ni negativo antes de verla, y no recordaba que el guión (o parte del guión al menos) lo firmaba Edgar Wright, el genio detrás del instant classic que es la Trilogía del Cornetto (*). Tenía más bien pocas expectativas, pero salí del cine flipando. No paraba de hablar, gesticular y anticipar la siguiente aparición del Hombre Hormig. Entonces, ¿qué es lo que ha pasado?
(*) Trilogía del Cornetto : La componen las películas: Zombies Party, 2004; Arma fatal, 2007; Bienvenidos al Fin del Mundo, 2013) . Comedias británicas que juegan con los tres género: Acción, Ciencia ficción y Terror. Su nombre deriva de que cada una esta relacionada con un sabor particular de helado Cornetto, los cuales aparecen en alguna momento de cada película, dando así “elemento de relación” a esta trilogía. [Fuente: Monsters And Geeks]
Yo os diré lo que ha pasado, amigos: la Comparación asomó su fea cabezota y se terminó la fiesta.
Cuando se anunció una peli de Ant-Man protagonizada por Paul Rudd (Fuera de onda, 1995) y con Edgar Wright al timón, la comunidad geek(**) implosionó. Atrayéndonos con cosas que (nos) gustan a los geek: el Universo Cinemático de Marvel, los perdedores y todo lo que se saque Edgar Wright de la solapa.
(**) Geek: término anglosajón para referirse a la persona fascinada por la tecnología y la informática.
Ant-Man prometía tener todo esto y más. Pero el recelo se instaló en nuestros corazones cuando se habló de las desavenencias entre la Casa de las Ideas y el genio creativo del bueno de Edgar. Antes de eso, alguno hubo que se sintió ultrajado cuando supo que Scott Lang llevaría la cara de Paul Rudd en lugar de la de Simon Pegg (Zombies party, 2004), pero después de saber que Edgar Wright ya no la dirigiría, muchos perdieron la esperanza e incluso el interés.
Más tarde, cuando vieron la peli, se llenaron la boca y los teclados de «se nota que Wright se cayó del proyecto» y «Marvel ha perdido la oportunidad de hacer algo mucho más gamberro». Aquí quiero hacer un inciso: «¿oportunidad perdida? ¡¿Es que nadie ha visto el tráiler de Deadpool (2016)?!». Fin del inciso.
Después de ver Ant-Man a mí todo esto me suena igual que cuando se criticaba a Los Juegos del Hambre (2012) por no ser Battle Royal (2000). Los Juegos del Hambre no es para nada una de mis franquicias favoritas, pero tampoco me parece tan terrible. En algo les voy a dar la razón a sus detractores: no es Battle Royal. Añado: ni lo ha pretendido. Tiene puntos en común, pero va por otro camino. Lo mismo nos pasa ahora con las andaduras del pequeño Scott. Sin olvidar decir que otras cosas que se le critican a Ant-Man: es no parecerse a Los Vengadores (2012), no parecerse a la Trilogía del Cornetto o no ser una gamberrada.
Voy a decir una cosa revolucionaria: que un cineasta o una productora den con una fórmula que funciona, no significa que tengan que, quieran o
puedan usarla en TODO lo que hacen. El ejemplo más flagrante y doloroso de los últimos tiempos es Josh Trank, que después de la genial revisión del mito del superhéroe/supervillano que es Chronicle ha acabado con la cruz de Los 4 Fantásticos.
Vamos a hacer el ejercicio de dejar de mirarnos ese ombligo pop tan y tan alternativo que tenemos todos y a apreciar Ant-Man por lo que es en lugar de por lo que no es. Cosas que Ant-Man es:
- Entretenimiento familiar de ese que no es sólo para niños, sino que también es para niños.
- Una fuente constante de autoparodia. Por ejemplo, el malo, malísimo, tan arquetípico que sólo le falta un bigote engomado para retorcérselo a la voz de “ññññajajajajaja”.
- Un ejemplo del lenguaje cómico de Edgar Wright (sí, está ahí, mirad bien).
- Una peli con un puñado de huevos de pascua (qué nos gusta un buen huevo de pascua a los nerds, ¿eh?)
- Una peli con un puñado de perdedores que además resulta que son sidekicks como los de los mejores clásicos Disney (la sombra de Timón y Pumba es alargada).
- Una peli en la que, cuando el chico y la chica comparten plano, se relacionan de manera creíble, considerando que estamos hablando de encoger personas y controlar hormigas con la mente. Esto es, por cierto y puestos a comparar, lo contrario a lo que Evangeline Lilly nos tenía acostumbrados con su inverosímil amor interracial en El Hobbit.
Y voy a parar ya porque tampoco quiero abusar.
Visto lo visto, lo que ha pasado con Ant-Man, que es una grandísima comedia y una peli de superhéroes a escala de su protagonista, es que las comparaciones son odiosas. Los Vengadores son un supergrupo de superseres y llevan a cabo supergestas de supermagnitud. Scott Lang es un ladrón con complejo de Robin Hood, un gran corazón y un traje que lo encoje a tamaño sub-hormiga. Es un tío normal, de mediana edad, cuyo mayor problema es encontrar un trabajo y poder ver a su hija. Nada que ver con luchar por ser capaz de controlar al monstruo verde que vive en ti; o añorar a la gente que hizo su vida mientras estabas congelado en el fondo del océano; o vivir entre el mundo mortal y la Morada de los Dioses sin saber bien dónde prefieres estar; o haber sufrido una infancia marcada por la tortura y el adiestramiento para matar; o vivir con un mini reactor incrustado en el pecho y saber que te quedan dos telediarios, además de haber financiado guerras en medio mundo e intentar salvar a gente que te odia por lo que tu empresa les hizo en el pasado.
El de Scott Lang y el de los Vengadores son mundos distintos dentro del universo Marvel (que os recuerdo que es mucho más grande y complicado y contradictorio y hasta CANSINO que las pelis) y por eso el lenguaje es distinto. No hay comparación posible.
Valorar Ant-Man en función de sus puntos en común con Los Vengadores o cualquier otra peli Marvel «superchanante» es como comparar el huevo frito con el flan de huevo.
Aunque es muy fácil imaginar una situación en la que los Vengadores puedan necesitar un tío que se encoge.
Distribuida en España por WALT DISNEY SPAIN
Película en CARTELERA a partir del 24 de julio de 2015.
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