
Mr. K (Tallulah Hazekamp Schwab, 2024) – 94 min. –
Un ilusionista en horas bajas entrará a pasar la noche en un hotel. Descubrirá una vez dentro que es totalmente imposible salir de el, pasando a formar parte de la fauna humana local.
Curiosa propuesta aportada por Tallulah Hazekamp, siendo esta su segunda película. Un drama surrealista y claustrofóbico con muchos toques al cine de Emir Kusturika. Una película sobre el absurdo que esconde unas interesantes reflexiones. Podríamos decir que incluso hay un toque a los films de Terry Gilliam, por su surrealismo fantástico.
Protagonizada por Crispin Glover, de manera soberbia, alejándose de sus papeles villanescos gracias a su expresión facial para representar un hombre desesperado y torturado. Transmitiendo con maestría la ansiedad, desesperación y conformidad al mismo tiempo que creo que intenta transportarnos el metraje.
Partiendo de una situación surreal y sin ninguna explicación, la imposibilidad de salir de un hotel donde aparentemente su arquitectura cambia y sus habitantes están enloquecidos o completamente despreocupados del tema. Para a continuación mostrarnos una huida desesperada del mismo.
Película en si difícil de ver, obliga a que estés despierto ya que no ofrecerá nada al espectador (salvo bofetadas de irrealidad). Ahora bien, siendo autoconsciente ofrece dos vías para su visionado.
La sencilla, una explosión del absurdo y de la alegría, donde nos dejamos llevar por la corriente de la historia. Una suerte de fuga de una cárcel sin barrotes. Donde las dificultades pueden ser superadas a base de voluntad y algo de suerte. Una explosión musical en ciertos momentos que permite que pasemos un rato entretenido, ameno, aunque confuso, del que saldremos con buen sabor de boca.Compleja, obliga a estar analizando casi cada coma y espacio en blanco de la película. Donde pasas a analizar toda situación como un tipo de representación social. Hablándonos de la indefensión del individuo frente al colectivo. De la cadena que resultan las normas de la educación si con quien las practicas no te considera su igual, sino un inferior. De la amenaza de no ser escuchado, o directamente acallado. El peligro de la bondad y la generosidad. El ridículo de la preparación frente al tener suerte. Y por encima de todo, la tiranía de la sonrisa. Donde ves que no puedes revolverte y tienes como única posibilidad la sumisión ante una sonrisa que lo único que quiere es «lo mejor para ti».
Muy remarcable como cada escena intenta mostrarte cada uno de los conceptos. Poniendo por encima el hecho de no ser escuchado. Da igual tener razón o no. Da igual si no te escuchan, o si se escucha lo que quieren.
Todo mostrado a través del surrealismo y el absurdo.
Es como una historia con una profunda crítica contra el colectivo. Ridículo, torpe y enloquecido. Frente al individuo, que solo requiere poder y voluntad para imponerse.Cada momento, cada habitación, da para aprender estas “lecciones” y lo mejor es que van repitiéndose una y otra vez si se repite el entorno. Con un protagonista que irá sucediéndose de una zona a otra.
Ora aceptando, ora sometiéndose, para más tarde descubrir que está pasando e intentar imponerse. Como representación de la frase “Improvisar, adaptarse, prevalecer”.
En una situación donde el peligro real no aparece nunca, estando en el interior del individuo, siendo la pérdida de sí mismo esa amenaza. Todo gracias a la gran interpretación de Crispin Glover.
Otra opción sería el considerar que el hotel es un símil de un cuerpo viviente. Donde cada miembro del mismo es una célula, que cumple con su función, independientemente de lo que tenga que hacer, lo que ocurra a su alrededor o las consecuencias. Viendo en si representados el transporte, la digestión, la memoria, la comunicación e incluso una suerte de linfocitos (incluido un posible linfocito memoria).
Buen alimento para la mente esta historia, si uno quiere tomársela como tal.
A decisión del espectador el decidir por cual se decanta.
Por parte de la música, en si como se justifica y su uso me recuerda un poco a los metrajes antiguos de Kusturica, un detalle que me gusta mucho. Junto con un uso de cámara muy correcto que permite hacernos sentir el agobio y claustrofobia del personaje protagonista, permitiendo además el trabajar con los sets pequeños que requiere la historia. Recordemos, todo dentro de un hotel.
Un hotel que es casi un personaje en sí mismo, con un aspecto que va mutando y adaptándose a la historia. Recordándome mucho en sus pasillos al hotel Overlook del Resplandor.
Le recrimino, y mucho a la película el hecho de no cerrar bien. Debido a la magnitud del misterio presentado, que no para de crecer, y al no responder ninguna pregunta hay un momento de pérdida. Donde la directora, consciente de ser incapaz de acabar la historia de una forma digna, decide hacer una suerte de cierre en falso introduciendo un elemento aún más surreal y místico.
Muy recomendable para los fans de la arquitectura cambiante, de que te persigan bandas musicales o de preparar tortillas en cadena.
La frase: No se puede desayunar si estas muerto. ¿No lo entiendes?
La escena: El momento de la primera banda marchando por el hotel. Aterrador.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2024
Nota del autor:
8,0 ███████ (Muy buena)
TRAILER V.O.: