Los Radley (2024): Una familia muy normal

Los Radley son una familia cualquiera, excepto por un diminuto detalle. Son vampiros. Es cierto que llevan una vida normal, ya que se consideran abstemios, pero hay un momento donde uno de los hijos sucumbe a la sed de sangre, causando todo un revuelo en el vecindario.

Saber que vas a ver una película de vampiros siempre tiene su qué. Vas más contento al cine, con mucho más ánimo y aunque el día este gris todo lo que te rodea parece más bonito. Las nubes sonríen, tú sonríes, tus vecinos que nunca te sonríen también lo hacen y hasta los perros que te vas cruzando por la calle te guiñan el ojo como diciendo: “Joder, hoy es tu día”.

El problema llega cuando sales del cine y te quedas un segundo pensando en lo que acabas de ver. Entonces el día, ya no te parece tan bonito. Las nubes lloran, los vecinos vuelven a odiarte por siempre hacer ruido de más en tu piso y los perros que te cruzas van cabizbajos, intentando oler todas las esquinas posibles antes de que su dueño o dueña les encierre otra vez en esa mansión de 20 m2.

Bromas aparte, Los Radley no me ha parecido una mala película. Simplemente, sí que es verdad que me decepcionó un poquito.
Como podéis imaginar los que me leéis, soy un fan acérrimo del terror. Y si se trata de vampiros, prácticamente cualquier proyecto me parece interesante.Pero bueno, vamos a la película. Dirige el realizador inglés llamado Euros Lyn, director de las películas  The library suicides y Caballo soñador (lo siento, no he visto ninguna de las dos) y de muchísimos capítulos de series realmente importantes como por ejemplo, Daredevil, Heartstopper o Broadchurch.

Con estos proyectos ya a su espalda ahora nos presenta una comedia de terror bastante entretenida pero un poco plana.

Todo el reparto está muy bien, destacando por encima de todos al magnífico Damian Lewys, que siempre está divertido y buen en sus papeles y también a Sophia di Martino, a la que también pudimos ver en la serie de Loki.