My heart can’t beat until you tell it to (Jonathan Cuartas, 2020) – 90 min. –
Sinopsis: Una pareja de hermanos (Dwight y Jessie) deben cuidar de su tercer hermano (Thomas) constantemente, el cual no ha podido salir de su casa jamás desde la infancia por culpa de su enfermedad… Thomas es un vampiro. Aviso para navegantes: es un film no apto para todos los públicos, especialmente si estas en un momento bajo anímicamente.
Ciertamente era una película que esperaba desde hace tiempo mostrando el otro lado que no nos suele ofrecer el cine, alejado de los poderes y el romanticismo. Trata el mito como una enfermedad incapacitante, que te deja completamente incapaz de valerte por ti mismo y a merced de la voluntad de los demás. Transformándote en un ser dependiente.
No es una versión de Déjame entrar (2008), donde se podría decir que el vampiro es totalmente válido y hechiza a sus cuidadores, sino un ejercicio de amor y responsabilidad por su hermano enfermo. El cual no tiene fuerzas ni para abrir una puerta, menos aún para conseguir su sustento.
Y donde cada día la familia deberá organizarse para conseguir el líquido alimento.
Es un gran drama, donde ves como los personajes ya están hundidos en él desde el principio. Dwight viendo como su alma se hunde con cada asesinato, siendo un niño grande que lo ha dado todo por su hermano. Jessie que a fuerza de ser la responsable de la familia es casi un mero autómata dejando de lado todo lo que no tenga que ver con su hermano. Y por último Thomas, un inmortal con alma de niño, que apenas sabe relacionarse con alguien que no sea de su familia, totalmente aislado de la realidad en la burbuja que ha creado su familia, pero observando como sus hermanos poco a poco se van degradando para salvarle.
Un drama cocinado lentamente, mostrándonos el horror que conlleva el darlo todo por amor. Ya que ese amor es algo destructivo. Como seres humanos deberán comportarse como psicópatas por ello y como se horrorizarán al notarlo queriendo huir de ello. Ya que sin una solución posible, solo podrán seguir hacia adelante.
Esto no funcionaria sin unos buenos actores detrás. Y son inmejorables, sus expresiones, lenguaje corporal, como la cámara juega con ellos (me encanta que Thomas siempre mire por el quicio de las puertas). Especialmente los actores de Dwight (Patrick Fugit) y Thomas (Owen Campbell) son sublimes, llegando a conectar contigo, haciéndote sentir sus remordimientos y dolor por lo que ocurre. Deseando que se acabe su sufrimiento.
Suelo decir que los mejores dramas introducen momentos de comedia, para relajar y que el siguiente golpe sea más fuerte. En esta pelicula no lo necesitan. Empieza con una clara dirección descendente y no se aparta de ella ni un ápice.
Metiéndote más en el interior de la película puedes encontrar incluso un alegato sobre la eutanasia, siendo la muerte lo unico que puede liberará de la maldición y a tu familia de la esclavitud que ella conlleva. Si el sufrimiento se vuelve inaguantable, es preferible rendirse. Algo con lo que flirtean desde el inicio de la película.
La escena: Cuando Jessie entra en la bañera.
La frase: «No debemos desperdiciar esta sangre».
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2020
Nota del autor:
8,0 ███████ (Muy Buena)
TRÁILER: NO DISPONIBLE 🙁