Rings (2017): Samara Morgan nunca muere

Cuándo aprenderá Hollywood a que hay sagas e historias que es mejor que se queden dónde están y no deberían ser resucitadas? Después de una decente segunda parte de The Ring, los productores han decidido jugar otra vez al mismo juego para llevar a cabo un film que aunque sea innecesario, también ha acabado resultando un tanto entretenido e interesante.

La historia sigue la estela de la cinta anterior, solo que esta vez en lugar de tener la cinta de Samara en VHS la tenemos en versión digital, adaptándose a la actualidad, para aterrorizar a todos aquellos que la vean con su inminente muerte en 7 días.

Gabriel (Johnny Galecki, In Time, 2011) es un profesor universitario que topa con la cinta clásica de Samara en un anticuario y decide hacer un experimento mostrándola a sus alumnos, probando así la evidencia de la existencia de las almas en el limbo y la puerta hacia el otro lado. Si no copias la cinta antes de 7 días y se la muestras a otro, mueres. Si lo haces, le pasas esa suerte a otro. No hay que romper la cadena.

Julia (Matilda Lutz, Ecstasia, 2017) busca a su novio dentro de ese grupo de alumnos, envolviéndose en dicha trama y convirtiéndose en la pieza fundamental para terminar con esa cadena para siempre.

La película no resulta en realidad terrorífica sino que se acerca más al thriller, las escenas de ansiedad y pavor que se desarrollan en ella resultan apagadas y vacías de emoción. No obstante, si nos tomamos dicho film como una cinta de género de thriller en vez de terror, puede resultar interesante. El ritmo es constante aunque no aporta nada diferente al resto de películas de la saga sino que sigue su mismo patrón, explotando aún más los recursos que ya había desarrollado en las anteriores partes. Y puede ser que la cosa no termine aquí, puesto que el final que nos proporciona este film deja una puerta abierta a una posterior parte. El espectador ha visto mil veces los recursos que se muestran en este film en diferentes películas de género y puede que ya no le sorprenda nada. No obstante, el cine no sólo es un final sino también un desarrollo, y como tal, el metraje se defiende bastante bien.

Aún y así, es un film entretenido, que interesará al fan acérrimo de la saga y también al que no lo es tanto sin caer en ningún caso en el aburrimiento. Su fotografía tenue y oscura ayuda a adentrarse en la diégesis de la historia, en ese halo de misterio y en el universo de Samara Morgan.

Las interpretaciones son muy llanas, nada destacables, aunque en ningún momento parecen forzadas. Simplemente hacen su cometido, que es transmitir una historia pero sin hacer hincapié en la emoción.

Una buena opción en la cartelera.