Paterson (2016): Apreciar las pequeñas cosas

Jim Jarmusch (Flores rotas, 2005) ha vuelto a la gran pantalla con otro guión escrito por él mismo sobre un conductor de autobús que escribe poesía en sus ratos libres, que se llama Paterson y que vive en Paterson (Nueva Jersey). Paterson disfruta de los pequeños detalles, de su rutina, de la vida social en el bar que frecuenta y de su pareja, que todo lo contrario a él: enérgica, nerviosa, curiosa.
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Adam Driver (Silencio, 2016 y una de las joyas de HBO, la serie creada por Lena Dunham en 2012 y cuya última temporada verá la luz este mes, Girls) interpreta su papel de persona normal a la perfección, lo que sorprende al espectador, al estar acostumbrados a verle en roles más polémicos y excéntricos. Su pareja en la ficción y un personaje totalmente opuesto a él, la preciosa actriz iraní Golshifteh Farahani (Altamira, 2016), le aporta la vitalidad que le falta a una película rutinaria y algo plana.
Los tintes literarios (Paterson era la ciudad en la que basó una parte de su obra William Carlos Williams, un artista referente de la poesía norteamericana contemporánea) y una fotografía natural, pero a la vez cargada de profundidad, hacen disfrutar al espectador de una narración tranquila, en la que se da verdadera importancia a las acciones irrelevantes, a las que hacemos sin pensar y/o por costumbre. Por ello, le concedieron el Premio de la Crítica de los Ángeles al actor protagonista el año pasado, así que como su gran aceptación y alabanza en el mítico Festival de Cannes.
Al verla en versión original, también se pueden distinguir y apreciar diferentes acentos, así como un guión coloquial y simple, con conversaciones como las que podríamos tener cualquiera un martes por la tarde.

Paterson podría pasar ahora o hace diez años y creo que el mensaje que quiere trasmitir es que te pares un segundo y disfrutes de tu rutina, porque puede que sea lo más valioso que tengas.