Título original: Brooklyn’s Finest
Títulos alternativos: Los mejores de Brooklyn (Argentina / Uruguay)
País: EEUU
Primera proyección: EEUU, 16 Ene. 2009 (Sundance Film Festival)
Duración: 132 min.
Director: Antoine Fuqua
Guión: Michael C. Martin

Maltratado por la cartelera española, que retrasó su estreno en multitud de ocasiones hasta que finalmente vio la luz pasados tres años de su lanzamiento e incluso cuando ya existían copias de DVD distribuidas en países como Rusia, Italia y Polonia, este entretenidísimo thriller de Antoine Fuqua (“Training Day (Día de entrenamiento)”, 2001) compone un enredo hilvanado con el acierto del que se ha pateado las calles de este género, ofreciendo un retrato cercano y directo sobre la corrupción policial, la delincuencia, la traición y la soledad, aunque no sin renunciar a ciertos estereotipos ya empleados otras veces en el cine para mostrar este tipo de recursos.

Fuqua ha sabido crear atmósfera, transformando las calles de Brooklyn en un submundo, un espacio cerrado y oscuro en el que reinan la desconfianza y el caos, principales protagonistas de una trama que dibuja el ambiente como un lugar que parece inmerso en el anarquismo. La fuerza de la película es mayor de la que parece, pues aún conociendo este servidor detalles muy relevantes de la trama antes de su visionado -por haber leído una sinopsis que ‘destripaba’ parte del final- la cinta ha sabido crear sorpresa y desviar continuamente el argumento por lugares inesperados.

El tapete sobre el que se juega esta partida de ajedrez que enfrenta a todos contra todos, son las calles del distrito que da nombre a esta cinta: Brooklyn. Allí, policías veteranos como Eddie (Richard Gere) sólo piensan en cómo se acerca el horizonte de su jubilación: en menos de una semana cambiará su placa y uniforme por una caña de pescar, aunque antes de eso deberá cumplir con la misión de formar en la patrulla a policías recientemente ingresados en el cuerpo. Tango (Don Cheadle) es otro agente que prefiere abrirse un atajo en el camino hacia el ascenso dentro de la policía, y para ello se enfrenta a la tensa tarea de convertirse en un agente encubierto, infiltrándose entre las bandas del que siempre ha sido su barrio y rodeado de quienes siempre le han considerado como un amigo.El detective Sal (Ethan Hawke) saca a flote la cara más siniestra de la tarea policial y el agobio familiar: su necesidad de mudarse de domicilio por los problemas que la humedad de la misma causa a su mujer, enferma de asma y embarazada, le ‘obligan’ a encontrar en el camino de la corrupción, el robo y el crimen su vía de escape para reunir los dólares suficientes para conseguirlo.

Con todos los ingredientes puestos sobre la mesa, Fuqua sabe dar con la receta que cocina un thriller que interesa manteniendo su fuerza durante la mayor parte de la película (algún denso intermedio o algunos diálogos de menor interés impiden que el terreno esté libre de obstáculos), con un registro de personajes relevantes e imprevisibles que ofrecen en su conjunto el retrato de los enrevesados roles del thriller clásico, inmersos en encrucijadas de jugarse todo a una carta, invadidos por la desesperanza y, en muchas ocasiones, teniéndose a uno mismo como la única persona que domina nuestra conciencia.En el reparto sorprende muy gratamente un Richard Gere («Siempre a tu lado«, 2009) alejado de los melosos papeles a los que nos ha tenido acostumbrados durante mucho tiempo, marcándose una sólida interpretación que se convierte, a mi parecer, en la mejor de la cinta. Su expresión atormentada, mirada que parece estar siempre escondiendo algo y actitud distante caracterizan el rol que interpreta. Ethan Hawke («Daybreakers«, 2009), más histriónico, se mete de lleno en su papel y deja ver las mejores perlas de su fuerza como actor en un papel acertadísimo. Menos apasionante pero igual de correcto resulta Don Cheadle («Iron Man 2«, 2010), que va creciéndose por momentos y consigue cumplir, sobradamente, con su papel. La interpretación de Brían F. O’Byrne («Bandits«, 2001) como compañero y conciencia del detective Sal es toda una sorpresa y un acierto. Su papel supera la corrección. Breve, pero decepcionante, resulta el papel de un irregular Wesley Snypes («Blade«, 1998), perdido por momentos.Las comparaciones son odiosas pero durante el visionado de esta película, me vino a la cabeza la fabulosa “Crash” (2004). Ese tipo de mundo oscuro que allí se retrataba parece haber resucitado aquí, convirtiéndose una ciudad cosmopolita y ajetreada en un lugar de aspecto incómodo, siniestro, caótico, casi apocalíptico. El compositor Marcelo Zarvos (“El buen pastor”, 2006) es el responsable de la banda sonora, creando partituras melancólicas pero muy sobrias, que sin alzarse con un protagonismo excesivo saben dar cuerpo y personalidad a esta interesantísima película de muy agradecido visionado.

Nota del autor:
7,0
 ███████ (Buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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