Título original: United 93 (Flight 93)
País: Estados Unidos
Primera proyección:
 EEUU. 28 Abr. 2006.
Duración: 
90 min.
Director: 
Paul Greengrass

Guión: Paul Greengrass

Qué difícil puede ser el hecho de recrear con precisión uno de los días más trágicos de la Historia de los Estados Unidos de América y qué bien le sale a Paul Greengrass (“Green Zone: distrito protegido”, 2010) en esta película -centrada en el único avión que no impactó contra su objetivo- en la que es capaz de trazar un fiel retrato de aquellos terroríficos acontecimientos manteniendo una línea que combina la fidelidad sobre los hechos, la ausencia de imposturas y artificios, la sencillez y humildad plasmada sobre su verídico argumento, su aspecto y carácter documental, una buena recreación de todos sus personajes y una más que lograda ambientación capaz de convertirse en una atmósfera opresora que te obliga a contemplar lo que visionas con una mirada fija, un semblante frío y una boca nerviosa que tiende a estar más abierta que cerrada.

Su película compañera sobre los atentados del 11-S, “World Trade Center” (2006) de Oliver Stone (“W.”, 2008), carece de la emoción, credibilidad, cercanía de los hechos y soltura que sí dispensa la presente cinta de Greengrass. Ya desde sus primeros compases podemos asistir con asco y resignación a los preparativos del secuestro del avión correspondiente al vuelo 93 de la “United Airlines” por cuatro cerdos descerebrados de Al-Qaeda, cuyo objetivo sería el de impactarlo contra algún edificio representativo del poder norteamericano, probablemente -ya atacadas las Torres Gemelas y el Pentágono- la Casa Blanca o el Capitolio. Patética la esquizofrénica mentalidad de estos seres radicales estancados en los tiempos de Mahoma. La principal distensión y normalidad de la que disfrutaban durante los primeros minutos de vuelo los pasajeros y tripulación del Boeing 757 encargado de cubrir el trayecto entre el Aeropuerto Nacional Libertad de Newark (Nueva Jersey) y el Aeropuerto Internacional de San Francisco contrasta con el nerviosismo generado en el interior de las diferentes cabinas de los controladores aéreos (utilizados como un efectivo nexo de unión entre lo sucedido en el avión, en los otros lugares atacados y la reacción del resto de la sociedad), asombrados por ver cómo los aviones a los que seguían (los que sí alcanzaron su objetivo) iban desapareciendo de sus respectivos radares.

Esta tensión anticiparía lo que después iban a vivir los cuarenta pasajeros (incluyendo tripulación) del United 93, inmersos en la que sería su última pesadilla. Convirtiéndose en héroes de aquel fatídico día 11 de Septiembre de 2001, pusieron sus vidas en manos de la esperanza, enfrentándose a los secuestradores como pudieron, guardando dentro de sí la ilusión de poder cambiar el triste destino que se les aseguraba y tragando saliva mientras mostraban lo duro que es saber que vas a separarte de los tuyos, de la vida. Su valentía y espíritu superviviente salvaron la vida a cientos o miles de personas que pudieron haberla perdido de haberse provocado el impacto del avión en el que estos heroicos ciudadanos viajaban. En la película se muestra, además de todo lo relacionado con lo ocurrido en el interior del avión (tan bien expuesto y desarrollado minuto a minuto), el caos originado por un gran desconcierto, la falta de anticipación y prevención de estos hechos, la titubeante gestión administrativa y militar… Se antoja muy difícil poder enfrentarse al ataque de un avión que se dirige hacia cualquier objetivo sin levantar ningún tipo de sospecha, y sería reconfortante comprobar que a raíz de lo sucedido aquel día el mundo aprendió a protegerse mejor, pero desgraciadamente años más tarde con los atentados del 11 de Marzo de 2004 en Madrid se demostró que los terroristas también buscarían otras fórmulas para continuar con su enfermiza obsesión por el mal.

Paul Greengrass elabora así un creíble, fiel, portentoso, bien interpretado (por un desconocido reparto) y emocionante documento que traspasa las barreras de su argumento central, basado en el United 93, adentrándose en cómo se vivieron en EEUU (controles aéreos, militares…) aquellos trágicos minutos que acabaron con la vida de un total de 2977 personas y dejaron más de 6000 heridos. Desde entonces y a pesar de los incansables intentos del terrorismo por influir con su horror en nuestras vidas, los países -concretamente los más amenazados- han tenido tendencia a bilndarse y aumentar su desconfianza, incrementando todas las medidas correspondientes a la seguridad (especialmente la aérea) y creando políticas con mayores vistas a la prevención de este tipo de catástrofes.

El compositor británico John Powell (“El ultimátum de Bourne”, 2007) se encarga de los compases de la acertada banda sonora que acompaña la película, fusionándose sus notas más aliviadas y otras partituras más opresoras con las terribles escenas que se muestran en la cinta, sin demasiadas pretensiones. 

Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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