Life (2017): No estamos solos en el espacio

Daniel Espinosa (El invitado, 2012) ha hecho de Life un producto con una perspectiva que nada tiene que envidiar al film que pronto tendremos en nuestra cartelera, Alien Covenant, de Ridley Scott.

Como la saga Alien de Scott, nos encontramos ante una historia con un ser de otro planeta como protagonista que quiere usurpar vidas humanas dentro de una nave espacial en la que viajan algunos científicos de la Nasa.  Uno a uno van cayendo en manos de este peculiar ser, creando un clima de suspense en la película a un ritmo claustrofóbico.

Los miembros del elenco son más que conocidos: Ryan Reynolds (Deadpool, 2016),  Jake Gwykenhall (Redención, 2017) y Rebecca Ferguson (La chica del tren, 2016) están en cabeza de cartel, siendo tres de los pasajeros de la nave Pilgrim. No obstante, no estamos ante un film con grandes interpretaciones. En esta ocasión, impera más el buen ritmo y la historia a contar antes que unas buenas actuaciones, excepto en el caso de Rebecca Ferguson cuyo personaje es más que creíble y lleva el peso del metraje.

La ejecución del film nos recuerda a los años 80. La violencia desagradable y el sentido general de nihilismo vertiginoso sugieren una película que debe caer justo en la línea de los clásicos como La cosa (John Carpenter, 1982) .Tal vez lo más sorprendente es la forma en que muere el elenco a manos de ese ser, ofreciendo incluso a los personajes más simpáticos, muertes muy dolorosas. Cabe destacar, pues, que el guión de  Rhett Reese  y  Paul Wernick no tiene desperdicio.  Los movimientos de cámara son precisos y cada detalle está cuidado, igual que su fotografía e iluminación.

Life es una muy buena película hecha con gran habilidad por un realizador sólido y concluye con una nota alta, con la clase de final que va a enfurecer a tantas personas cómo satisfascer a otras, pero no dejará a nadie indiferente.