Ballerina (Len Wiseman, 2025) – 125 min
A veces el cine no necesita reinventar nada para funcionar. A veces basta con una estrella que brille con fuerza, una dirección de acción con estilo, y el compromiso absoluto de tomarse la locura en serio. Ballerina, el nuevo spin-off del universo John Wick, no pretende descubrir la pólvora. Solo quiere hacerla estallar a ritmo de metralla, con Ana de Armas en el centro de la explosión. Y, qué queréis que os diga, yo estoy dentro desde el minuto uno.
Eve Macarro, nuestra protagonista, no es una heroína cualquiera. Es una bailarina convertida en arma letal. Entrenada desde niña para moverse con gracia… y matar con precisión. Su motor, como no podía ser de otra forma en esta franquicia, es la venganza. Porque si algo nos ha enseñado el universo Wick es que nunca, jamás, debes cabrear a alguien con un pasado turbio y una mirada triste.
La trama va al grano, sin rodeos ni florituras. Y me parece bien. No hemos venido aquí a reflexionar sobre la condición humana, sino a ver coreografías imposibles, tiroteos que parecen danza contemporánea, y hoteles donde las balas son parte del servicio de habitaciones. Ballerina entiende perfectamente lo que es: una película de acción pura, elegante, sangrienta y excesiva. Y lo celebra a cada plano.
Ana de Armas se entrega en cuerpo y alma —literalmente— a este personaje. Se nota que ha sudado cada golpe, que ha entrenado cada secuencia como si fuera un número de Broadway con cuchillos. Y más allá del físico, logra transmitir vulnerabilidad sin perder un ápice de fuerza. Tiene magnetismo, presencia, y una mirada que dice más que muchas líneas de guion. Es una estrella. Y aquí lo confirma.
Visualmente, Ballerina es puro espectáculo. Sigue el manual estético de la saga Wick: neones, sombras, arquitectura imposible y violencia filmada como si fuera arte barroco. La música electrónica y los silencios tensos construyen una atmósfera hipnótica, de esas que te atrapan aunque sepas perfectamente cómo va a acabar todo.
¿Tiene defectos? Por supuesto. Hay momentos donde el guion pisa el freno sin necesidad, algún diálogo que suena más a manual de autoayuda para asesinos que a frase icónica, y un tramo final que, aunque potente, no alcanza el clímax emocional que prometía. Pero, sinceramente, ¿a quién le importa eso cuando estás viendo a Ana de Armas liarse a tiros con cinco tíos al ritmo de balas, techno y tacones afilados?Ballerina no es solo un spin-off digno. Es un regalo para los fans del cine de acción que todavía creemos que una buena pelea bien rodada puede ser tan emocionante como un gran monólogo. Es una carta de amor —torcida, sangrienta y con olor a pólvora— a un tipo de cine que a veces se desprecia por ser “solo entretenimiento”, pero que, cuando está bien hecho, te recuerda por qué te enamoraste de esto.
Así que sí: durante dos horas me olvidé del mundo. Me dejé llevar por el estruendo de los disparos, la poesía de las patadas voladoras y la melancolía elegante de los asesinos profesionales. Salí del cine con los ojos brillando, el corazón acelerado y una absurda necesidad de aprender ballet… o krav magá, lo que venga antes.
Ballerina no cambiará la historia del séptimo arte, pero tampoco lo pretende. Solo quiere hacerte vibrar, sonreír y soltar algún que otro “¡hostia qué plano!” mientras palomitas vuelan por los aires. Y eso, si me preguntas, también es una forma preciosa de amar el cine.
Vista en pase de prensa el 27 de mayo en el cine Phenomena (Barcelona)
Distribuida en España por DIAMOND FILMS
Nota del autor:
7,5 █████ (Buena)
Película en CARTELERA desde el 6 de junio de 2025
TRÁILER: