Warfare (Alex Garland, Ray Mendoza, 2025) – 95 min
La película está inspirada en las vivencias reales de Ray Mendoza, un ex marine que también participó en la creación de la historia y la dirección. Lo que se ve en pantalla nace directamente de lo que él vivió durante la guerra de Irak. Nos mete de lleno en el día a día de un grupo de soldados de élite de los Navy SEALS, y se centra en una misión de vigilancia que, de forma inesperada, se complica en territorio enemigo.
Warfare no es simplemente una película sobre la guerra. Es una experiencia. Es un descenso crudo, sin anestesia, a los rincones más oscuros del conflicto humano. Desde el primer plano queda claro que esto no va de héroes, ni de gestas épicas, ni de batallas gloriosas. Va de sobrevivir. De resistir. De perder la cordura sin perder del todo la humanidad.
Hay algo profundamente incómodo en cómo la película te obliga a mirar. No se permite el lujo de la distracción ni el recurso fácil del entretenimiento. Es incómoda porque es real. Porque no maquilla el horror, lo expone. Te sienta frente a él y te dice: “Esto es lo que pasa cuando la guerra deja de ser titular y se convierte en carne, hueso y alma”. Y uno mira. A veces queriendo apartar los ojos, pero sin poder hacerlo.
Lo más impactante es esa sensación de ahogo constante. La tensión no afloja nunca. La puesta en escena es impecable: hay una claustrofobia que se instala aunque estén en espacios abiertos. El sonido, el color, la manera en que se mueven los personajes… todo contribuye a esa atmósfera de desasosiego. No estás viendo la guerra. Estás dentro.
Las actuaciones son de otro mundo. No hay un solo momento que se sienta actuado. Es como si hubiesen vivido esa historia antes de rodarla. Los protagonistas en especial, entregan unas actuaciones que no se pueden elogiar con simples palabras. No gritan su dolor, no lo sobreactúan: lo llevan en los ojos, en la postura del cuerpo y en la forma en que respiran cuando nadie lo ve. Es devastador.
La dirección es precisa, contenida, pero con una sensibilidad que atraviesa cada plano. Se nota que hay una intención clara de no manipular emocionalmente, sino de presentar los hechos con una verdad tan cruda que duele. Y eso, en un género tan transitado como el bélico, es una rareza que se agradece profundamente. No hay glorificación. No hay moralejas fáciles. Solo hay preguntas. Y heridas.
Cuando terminó, me quedé inmóvil. Con la garganta cerrada. Con el alma revuelta. Me costó incluso aplaudir. Warfare no busca que la aplaudan. Busca que no la olvides. Y conmigo lo logró. Días después, sigo pensando en ella. En sus imágenes, en sus silencios, en las cosas que no se dijeron pero que gritaban más fuerte que cualquier explosión.
Inauguro con ella el TOP del 2025. No solo porque es una película técnicamente impecable, sino porque me tocó. Me atravesó. Me dolió. Y me recordó, de una forma brutal, lo frágiles que somos cuando se apaga la humanidad y comienza la guerra.
Warfare es, sin dudas, una de esas películas que no se ven, se sienten. Y se llevan encima mucho después de que los créditos hayan terminado.
Distribuida en España por A24
Nota del autor:
9,0 ████████ (Excelente)
Película en CARTELERA desde el 16 de abril de 2025
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