Silver Haze (2023): La vida que nos ha tocado

Quince años después de haber sido víctima de un incendio, Franky intenta buscar respuestas a lo que ocurrió.

Que este no es mi tipo de cine lo sabe todo el que me lea. No soy un gran seguidor del drama europeo y en muchas ocasiones me agota fácilmente. Pero me considero una persona a la que le gusta probar cosas nuevas y experimentar con el cine, así que allá vamos.

Silver Haze es la nueva propuesta de la directora Sacha Polak, realizadora holandesa conocida por algún que otro largometraje como Hemel (2012) y Dirty God (2019), films que yo no he tenido el placer de presenciar, pero que siempre me han hablado muy bien de ellos.

Mi entrada al cine de Sacha Polak ha sido más que buena. Sin duda se nota el cariño con el que rueda la película y el amor con el que escribe a sus personajes. Una realizadora que ha sabido llevar una historia muy humana de una manera precisa y bonita aunque lo que se esté contando sea verdaderamente triste o cruel.

Y es que si, la película es dura y trágica. Todos los personajes están muy marcados por su pasado o en ocasiones su presente y da espacio a que puedas sentir con ellos durante todo el metraje. Silver Haze te hace sentir, te hace amar, te hace desconfiar, te hace odiar, pero lo más importante de todo, es que te hace ser uno más de entre todos ellos.Pero también tiene cosas malas. Y es que su ritmo es muy desigual, haciendo que la película en ocasiones caiga en unos agujeros de esos de los que cuesta muchísimo salir. Es aburrida en algún que otro momento, pero se soporta gracias a las actuaciones tanto de su protagonista (Vicky Knight) como de sus secundarios (Angela Bruce y Esme Creed-Miles) que son realmente buenas.

No quiero alargarme mucho más, pero simplemente diré que si estás buscando una historia de amor, esta no es tu película.
Aquí encontrarás el significado del saber perdonar y del saber amar a tu familia a pesar de todo lo que nos pueda llegar a ocurrir.