Arthur (2024): un amigo fiel

Basada en un hecho real, Arthur, es un perro que se unió a un equipo de atletismo de aventura durante una competición, recorriendo así los tramos más complicados del planeta tierra y demostrando que el amor entre perro y humano puede llegar a ser excepcional.

Arthur es la nueva película de Mark Wahlberg. Una película que puedo poner en el saco de cintas como: Una pareja de tres (2008), Siempre a tu lado, Hachiko (2009), la reciente Togo (2019) o incluso Buenos principios (2019). Films que para bien o para mal, me han llegado a emocionar, ya que mi punto débil, como os podéis imaginar, son los perros en pantalla.
Supongo que al ser una animal con el que conecto tanto y que su inocencia me parece entrañable, hace que mi corazón se encoja en algunos momentos. Y para qué os voy a engañar… también me he emocionado en alguna ocasión con Arthur. Su historia es bonita y aunque caiga en cantidades enormes de clichés en muchos momentos, me hace pasar un rato agradable.

Obviamente, tenemos a Mark Wahlberg, que te guste o no, es un tipo que se ha ganado hacer sus películas de la manera qué a él le parezca bien. De hecho, se nota mucho su mano en esta cinta (es productor, también), ya que siempre hemos sabido que le gustan mucho las escenas extremas y disfruta rodándolas. Pero no os mentiré.
La película tiene una escena que sin duda pone los pelos de punta y te mantiene pegado al asiento, pero, por otro lado, todo lo demás, es bastante olvidable.

Hablando un poco del director, Simon Cellan Jones, parece que ha mejorado un poco su dirección desde su último y primer film comercial, Plan en Familia (2023), que por cierto, me pareció bastante horrible y simplona, pero sin duda el salto de calidad y el cambio de género le ha sentado bien al realizador.

Siempre seré partidario de buscar las cosas buenas en las películas que veo. Al igual que en las personas y la vida. Soy optimista, que le voy a hacer.