Pesadillas (2015): un «Jumaji» terrorífico

En esta ocasión, el director Rob Letterman, nos vuelve a traer una historia infantil con Jack Black como protagonista, que vuelve a repetir película bajo sus órdenes como ya lo hizo en Los viajes de Gulliver en 2010.

«Pesadillas» se basa en la colección de libros de R.L.Stine que tanto éxito tuvieron en los 90  y de los cuáles se hizo ya una serie por aquella época, llegándose a considerar el Stephen King para adolescentes. Su argumento se crea a partir de una serie de personajes que aparecen en dichos libros pero esta vez es el mismo autor quién debe hacerles frente.
La historia empieza cuando el joven Zach se muda a Nueva York con su madre y conoce a su preciosa vecina Hannah, hija del autor de cuentos fantásticos y de terror R.L.Stine, cuyos personajes cobran vida una vez se abre el almanaque, idea que ya vimos anteriormente en la película Jumanji (1995).

Dicho film cuenta con unos efectos visuales muy bien logrados, mezclando comedia, terror y fantasía para todos los públicos. Los monstruos que aparecen en la historia, capitaneados por Slappy, un guiñol malvado, tienen su momento de gloria en el film de manera inteligente, contando una hazaña o gesta de cada uno de ellos para con los protagonistas. Dicho personaje malévolo posee un carisma notable y salva el film de manera latente.

Su reparto es más bien correcto. Jack Black nos vuelve a mostrar una vez más sus dotes de comediante, que aunque esté bastante catalogado en dicho género no por ello se le da mal, y los protagonistas jóvenes lucen bien en pantalla, con una química apabullante que ofrece tanto momentos de risa como de miedo en los más pequeños.

No obstante, el film no arriesga. No introduce elementos nuevos en el género sino que se basa en exprimir algo que ya conocíamos con Jumanji (1995), Los Goonies (1985) o con otras películas infantiles del género, aunque unos peldaños por debajo en cuanto a calidad. Simplemente explota un género que es una apuesta segura en la gran pantalla para los niños, el cine familiar, sin ir más allá. Si bien el giro final de la historia puede parecer algo previsible, agrada a todos y redondea esta película hecha a la antigua usanza.

Por otro lado, el espectador puede tener la sensación de no saber catalogar la película en algunos momentos. No llega a ser cine de terror, ni de aventuras, ni el romance entre los protagonistas llega a explotarse como debiere. Se queda a medio gas debido al hecho de querer abarcar todos los géneros a la vez, quedándose a mitad de camino en todos.

Un punto a favor es la fotografía sublime del español Javier Aguirresarobe, jugando con los colores, el impacto visual y la creación de ese desfile de monstruos tan bien logrado.

Por lo tanto, no estamos ante una película que recordaremos toda la vida, aunque si has sido fan de los libros de los 90 de dicha saga, este film te hará rememorarlos durante un rato, de manera jovial y divertida.

Distribuida en España por SONY PICTURES ESPAÑA