El asesinato de un gato (2014): Un sinsentido de acontecimientos para esclarecer un delito

En esta cinta se cuenta la historia de Clinton (Franz Kranz), chico solitario y peculiar, diseñador de figuras artesanales, que vive con su madre en una tranquila urbanización, cuya calma se ve interrumpida cuando su gato aparece muerto delante de su casa con una flecha atravesando su estómago. Clinton, convencido de que se trata de un asesinato, querrá llevar a cabo su propia investigación ayudado por su vecina peluquera (Nikki Reed), con la que el propio felino mantenía una doble vida.

El film parte de una peculiar premisa, como es la muerte de un gato, para contar una historia, con toques divertidos e irónicos, sobre la fidelidad de las mascotas, la amistad, el honor y la familia y da como resultado una película bastante mediocre de humor negro. Pudo haber sido una gran película de haberse dirigido de manera correcta, poseer un buen guión y un buen ritmo dinámico pero en cambio ha acabado siendo un sinsentido de sucesos que van apareciendo sin ton ni son para terminar en un final tosco, mediocre y poco creíble.

Tiene muy buen inicio, desde el primer momento el espectador simpatiza con mucha facilidad con su protagonista, Franz Kranz, por sus frases con doble sentido, su obsesión por su gato y por su madre pero poco a poco dicho personaje se va convirtiendo en un ser cansino, pesado y aburrido. Se puede apreciar una evolución “in descendo” de Franz en cuánto a su sentido del humor desde que se inicia hasta que se termina la cinta. Cabe destacar la impecable interpretación de JK Simmons, como el sheriff del pueblo, que desempeña el papel de poner a Franz los pies sobre el suelo, además de aportar un toque de humor más fresco al film. El resto de personajes son bastante lineales, que pasan sin pena ni gloria y realizan actuaciones bastante olvidables.
El ritmo del metraje es lento, aburrido y tedioso, pese a contener numerosas situaciones de humor negro pero no se han sabido llevar a cabo de la manera correcta para entretener al espectador, hacerle reír y crearle interés por lo que habrá pasado con el gato. Estamos, por tanto, ante un intento fallido de crear una comedia diferente, rompiendo moldes en cuanto su factor de arranque.

La banda sonora no juega tampoco muy buen papel, no estando presente en los momentos de catarsis, para alentar al espectador de que algo interesante va a suceder y su fotografía es muy lineal, sin florituras.

Es, por lo tanto, una película bastante olvidable, que pasará bastante desapercibida por nuestras carteleras durante estas Navidades.

Distribuida en España por PAYCOM MULTIMEDIA
Vista en pase de prensa online el 5 de diciembre de 2015