Título original: Smokin’ Aces
País: EEUU
Primera proyección: EEUU, 09 Dic. 2006 
Duración: 109 min.
Director: Joe Carnahan
Guión: Joe Carnahan

Joe Carnahan (“Narc”, 2002) pone toda la carne en el asador con este completo thriller de acción logrando convertir sus intenciones en realidades. Y es que la evasión que proporciona este producto tan cargado de adrenalina, personajes peculiares y trama inocente pero perfectamente montada, bien vale un mínimo agradecimiento por cualquier espectador que desee buscar exactamente esto, una máquina para entretener que comienza a ponerse en marcha justo cuando nuestros ojos captan la primera escena de la película. Esta es una de esas cintas alocadas y desvergonzadas, aunque tampoco lo es en demasía puesto que parece imponerse algún tipo de límite moral que le ayude a que su producto llegue así a todos los públicos. La mayor de las sorpresas que pueden provocar algunas de sus escenas nunca termina siendo demasiado sangrienta o picante, aunque la enérgica descarga de acción que gobierna el ambiente no deja de fabricar secuencias impactantes y muy originales.

Su historia ofrece el viejo recurso de “FBI debe custodiar a un testigo protegido” pero derrocha ingenio en la forma de unir todas las subtramas que llevan hasta ese hombre en peligro, Buddy ‘Aces’ Israel, un contorsionista relacionado estrechamente con ‘La cosa nostra‘ por el que ahora piden la cabeza o, ciñéndonos al argumento, el corazón. Hacia él tienen que ir los agentes federales Richard Messner (Ryan Reynolds) y Ray Liotta (Donald Carruthers), aunque un nutrido grupo de sicarios también pondrá en marcha su operativo para deshacerse de Israel, por el que se paga una cuantiosa suma de dinero. Metódicas asesinas a sueldo que emplean su atractivo físico como señuelo para ejecutar sus misiones, camaleónicos e invisibles sicarios, un grupo de skin-heads… todos ellos y más quieren su parte del pastel, pero este postre no se puede compartir y por eso sólo puede quedar uno.

La acción más estruendosa se da la mano con el buen humor del que presumen algunas escenas, y siempre se mantiene un nivel en el que la trama no se permite bajones. A pesar de su elevado nivel de acción, uno de los grandes alicientes de esta película es que precisamente, pese a esto, no peca de monótona o insuficiente, pues sabe apoyar toda esa adrenalina en un argumento elaborado con cabeza, lo que da pie a una historia que si bien no va a romper esquemas dentro del cine (parece, además, heredera de las ideas ‘tarantinescas‘ que en tanto han influido a diferentes realizadores) consigue engancharte y proporcionarte acción sin renunciar a una trama bien elaborada. Las interpretaciones de un buen Ryan Reynolds («Buried«, 2010) y de Ray Liotta («Uno de los nuestros«, 1990), así como del siempre agradecido Andy García («El Padrino III«, 1990) en el papel del subdirector del FBI, se sitúan a la cabeza de un elenco en el que también destacan o al menos pueden resultar interesantes la simpatía del rol desempeñado por Ben Affleck («The Company Men«, 2010); lo aceptable de la cantante Alicia Keys en un papel demasiado cómodo o el trabajo de su compañera Taraji P. Henson («Hustle & Flow«, 2005). No me termina de convencer Jeremy Piven («El séquito» | Serie de TV | 2004-) como el propio Buddy Israel, pues su papel parece vacío, falto de emoción y algo desapasionado. Acusa que su personaje sea precisamente un estereotipo demasiado recurrido y, por ello, no proporcione el interés suficiente.

El compositor británico Clint Mansell («La fuente de la vida«, 2006) lleva de la mano la acción de esta historia con sus vibrantes y equilibrados compases en una banda sonora que se caracteriza por el buen gusto de sus notas y el no querer convertirse en protagonista. Cuando aparece lo hace para elevar lo trepidante de según qué momentos y destaca especialmente en los desenlaces de las escenas más impactantes de la cinta. Con todo lo citado, reafirmarme en lo dicho destacando que si hay algo por lo que merece la pena ver “Smokin’ Aces” es, principalmente, por su capacidad para entretener construyendo un inteligente ejercicio de acción gamberra que no pierde sus intenciones más cercanas al buen thriller.

Nota del autor:
7,0
 ███████ (Buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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