Título original: Straw dogs
País: Estados Unidos
Primera proyección: Reino Unido, 3 Nov. 1971

Duración: 
118 min.

Primer film de Sam Peckinpah ajeno a la temática y al mundo del western. El guión, de David Zelag Goodman («Adiós, muñeca» 1975) y del propio Peckinpah, adapta la novela “The siege of Trencher’s farm” (1969), de Gordon M. Williams.

La acción dramática tiene lugar en la campiña inglesa, entre una antigua granja alquilada como residencia turística y una pequeña población del Oeste de Inglaterra. David Sumner (Dustin Hoffman) y su esposa Amy (Susan George) deciden establecerse por algún tiempo (un año en principio) en una zona rural apartada y tranquila, situada junto al pueblo donde nació Amy y donde vivió hasta que se trasladó a EEUU. Los motivos de su decisión se relacionan con el deseo de alejarse del clima de violencia que se respira en aquel país, agravado por la tensión social interior que rodea la evolución de la Guerra del Vietnam (1958-1975). David es matemático y quiere dedicarse durante un tiempo a la investigación. Es de temperamento pacífico, nervioso, impresionable y vulnerable. Amy es guapa, atractiva y sensual. Ha conocido los principios de la liberación sexual y de igualdad de la mujer que se imponen en los años 60. Es uno de los pocos personajes femeninos importantes del mundo de hombres de Sam Peckinpah («Grupo salvaje» 1969, «La huida» 1972, «La cruz de Hierro» 1977).

El film suma thriller, drama y horror. Constituye una obra de extraordinaria fuerza expresiva y de enorme capacidad de conmoción. Es una pieza clave dentro de la filmografía del realizador.

 

Analiza la xenofobia con la que los recién llegados son tratados en una localidad pequeña, cerrada, ruda, perezosa y primitiva. Las inseguridades colectivas y la conciencia de atraso aportan algunas de las causas que engendran conductas de rechazo de las personas que vienen de fuera. El rechazo se manifiesta con demostraciones de desafecto, hostilidad, abusos, burlas, bromas de riesgo, invasión extemporánea de la privacidad del hogar y humillaciones. Muestra la conflictividad que rodea con frecuencia las relaciones entre la ciencia y la religión, que en este caso se concretan en el trato frío y tenso entre reverendo Barney Hood (Colin Welland, guionista de «Carros de fuego» 1981) y David.

Expone cómo el mundo idílico del campo se halla poblado por conductas viciosas y perturbadoras, como el voyeurismo, el sadismo, el alcoholismo, el machismo, la violencia, la crueldad, etc. Focalizando la atención en un grupo concreto de personas, liderado por Tom Hedden (Peter Vaugham, «Lo que queda del día» 1993), el film explora las causas, manifestaciones y consecuencias de la violencia. Explica cómo tiende a ser ciega, descontrolada y creciente hasta alcanzar, en algunos casos no infrecuentes, niveles extremos de paroxismo y locura.

Describe una violencia seca, dura, ruda, áspera e hiriente. No la combina con elementos de distensión o alivio, no la salpica de humor y la somete a un “crescendo” en espiral que se administra de modo magistral. Expone cómo las motivaciones de los actores violentos y de los actores enfrentados a la violencia varían con cierta rapidez: pasan de intentos de apresamiento a deseos irrefrenables de matar, de propósito de ayuda al inocente a afanes de supervivencia a toda costa, de deseos de venganza a ansias de destrucción.

El film es hipnótico y absorbente. El espectador, que se identifica con el inocente y quienes le defienden, se ve inmerso en una vorágine de sentimientos que le impulsan a concebir deseos de matar. La cinta, controvertida y polémica en su día por su violencia, no puede editarse en VHS/DVD hasta que se levanta en 2002 la prohibición establecida en 1984 por el British Board of Film Censors. Contiene 3 secuencias perturbadoras: una violación, una sodomización y la estremecedora secuencia final. El guión se inspira en algunos puntos en la novela “De ratones y hombres” (1937), de John Steinbeck, en especial por lo que respecta a la figura de Henry Niles (David Warner, «Cuentos de Navidad» 1984, «Tron» 1982).

El título del film está tomado de un escrito del filósofo chino Lao-Tzu: “Los cielos y la tierra no son humanos y miran a las personas como a perros de paja”.

Es destacable la exhibición de machismo que hace el film. El trato que reciben Amy y Janice (Sally Thomsett), las dos mujeres del film, no es respetuoso. La figura frívola y tonta de Janice es lamentable. La condición de mujer liberada de Amy, adquirida durante su estancia en EEUU, es tratada sin matices y tal como la perciben (prostituta o mujer fácil) los hombres del pueblo desde la perspectiva de su machismo e ignorancia.

La música, de Jerry Fielding («Grupo salvaje» 1969), aporta una banda sonora orquestal de gran intensidad dramática, que suscita sentimientos de inquietud, intriga, estremecimiento y disgusto. La fotografía, de John Coquillon («Pat Garret y Billy the Kid» 1973, «Al final de la escalera» 1980), en color (eastmancolor), comienza con un encuadre desenfocado que lentamente deja ver a unos niños que juegan en el viejo cementerio parroquial. Combina oportunos movimientos de cámara, “zooms” inspiradísimos y un magistral dominio de la cámara lenta.

Son notables los trabajos de interpretación de Dustin Hoffman («El graduado» 1967, «Cowboy de medianoche» 1969, «Rain Man» 1988) y Susan George («Mañana no amanecerá» 1978, «Jack el destripador» (TV) 1988).

Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)

COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE


D. Karasu
La llegada del norteamericano David Summer (Dustin Hoffman) y su sensual esposa Amy (Susan George) a la villa inglesa donde ella nació, no iba a ser una estancia tan idílica como ellos esperaban. La  felicidad que este joven matrimonio se profesa demostrará ser más frágil de lo que él creía, cuando Amy se reencuentre con su pasado. Al igual que ocurriría en la novela «El señor de las moscas» de William Golding, debido a su aislamiento geográfico los personajes que habitan la aldea  se muestran como bárbaros, donde sólo el instinto más visceral parece guiar sus conductas. La figura de la mujer parece estar relegada a un mero objeto sexual, de hecho las únicas visiones que se nos muestran de ellas son de sumisión o de lujuria, apenas se muestran ancianas y las jóvenes (hermosas estudiantes con zapatos de tacón y minifalda) que encuentra David en sus calles se presentan como sirenas atrayendo las miradas de los hombres. La vida rural no es tan bucólica como él hubiera esperado, considerado por su esposa como un cobarde al estar siempre evadiendo cualquier tipo de confrontación, descubrirá que la misma violencia por el que tuvo que marcharse será lo único que le pueda salvar la vida. Sam Peckinpah nos trae uno de sus films más notables en su carrera. Diseccionando meticulosamente la violencia humana y mostrándonos -sin ningún tipo de tapujos- aquello que debido a reglas morales no pueden ser mostradas: la lujuria, el sadismo y la envidia. Pero todo ello de una forma soterrada, con una tensa espera que desemboca hacia un dantesco desenlace. 9.

Written by Miquel Alenyà

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