Bugonia (Yorgos Lanthimos, 2025) – 120 min. –
Yorgos Lanthimos vuelve a recordarnos que no hay especie más absurda, contradictoria y patéticamente divertida que la humana. Tras el éxito de Poor Things i la irregular Kinds of Kindness, el director griego regresa con Bugonia, una sátira salvaje que combina paranoia conspiranoica, humor negro y una furia existencial que solo él es capaz de convertir en espectáculo.
La película, estrenada en el Festival de Venecia, es una relectura del clásico surcoreano Save the Green Planet! (2003). Emma Stone interpreta a la directora de una poderosa farmacéutica que es secuestrada por dos hombres convencidos de que es una alienígena infiltrada con el objetivo de destruir el planeta. Desde ahí, Lanthimos construye un relato donde nada tiene sentido… pero todo parece posible. Una fábula grotesca sobre el miedo, la desconfianza y la estupidez humana.
Durante su primera hora, Bugonia avanza con un ritmo irregular, como si el director necesitara tomar aire antes de lanzarse al abismo. Pero una vez se abre la compuerta, la película se desata por completo: los diálogos se vuelven delirantes, las actuaciones alcanzan niveles gloriosamente excesivos y la puesta en escena se convierte en un carnaval visual entre el sci-fi y el teatro del absurdo. Es ahí donde Lanthimos demuestra su verdadero talento: el de convertir el caos en ritmo, y la incomodidad en placer cinematográfico.
Emma Stone vuelve a demostrar que entiende mejor que nadie el universo del director. Su interpretación oscila entre la fragilidad y el delirio, entre la víctima y el verdugo, y logra que incluso los momentos más grotescos tengan una extraña ternura. Jesse Plemons, por su parte, se luce como ese paranoico que está tan convencido de su misión que resulta casi entrañable. Ambos se mueven con naturalidad en este universo retorcido donde cada gesto parece una burla hacia nosotros mismos.
Como en todo Lanthimos, detrás del humor negro y las extravagancias visuales hay una idea clara: el ser humano es, esencialmente, una plaga autodestructiva. Bugonia lo dice sin sutilezas, pero con tanta energía, con tanta ironía, que uno acaba riéndose de su propia ruina. Puede que no sea su película más redonda (la estructura se tambalea, y algunos excesos pesan más de la cuenta), pero sí es una de las más disfrutables, un divertimento cruel que te deja riendo mientras te recuerda que, probablemente, merecemos la extinción.
Cuando llegue al Festival de Sitges, será un festín. En el auditorio se escucharán carcajadas, vítores, aplausos y algún que otro grito. Porque Bugonia es exactamente eso: una locura, una provocación y un espejo deformante donde Lanthimos nos mira, se ríe… y nos odia un poquito más.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de San Sebastián 2025
Nota del autor:
7,5 ██████ (Buena)
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