A Grand Mockery (Adam C. Briggs, Sam Dixon, 2024) – 105 min. –

 

La tendencia en el teatro moderno actual es abandonar las estructuras estándar de narrativa. Que han funcionado desde los antiguos griegos (planteamiento, nudo, desenlace). En favor esto de narraciones incoherentes de anécdotas y vivencias. Sin personajes ni estructura. Ni nada. Como seguir la vida de un don nadie, a ver que pasa.

Esta película es al cine, lo que el teatro moderno al teatro. Un insulto a la inteligencia que no debería haber salido del cerebro de quien la pergeño. Indigna de tener una sala que se vaciaba por momentos para ser proyectada. Algo tan vomitivo que ni siquiera su titulo, la gran farsa, le hace justicia. Un ejercicio expresionista de tortura y desprecio al espectador en el que en ningún momento se pretende contar una historia ni aportar algún mensaje. Que si se sale de la sala de cine con algo que no sea bilis es por el hecho del esfuerzo titánico que haya realizado quien la vea.


No se que me produce más envidia, toda la gente que salió huyendo de la sala a medida que se desarrollaba la historia o el director por tener las santas gónadas de haberla conseguido colar en un festival que se las intenta dar de serio.

Para todos los que aguantaron hasta el final del visionado no se si habría que darnos un premio, un abrazo o dos tortas por nuestra falta de entendederas.

Dicho lo cual, el comentario, que no os va servir ya que no tenéis que ver la película. No da ni para dormirse en defensa propia. En esta película se seguirá la vida de Josie, un humilde trabajador de una sala de cine con una vida rutinaria. Una existencia frustrante con un incipiente alcoholismo y flirteos con las drogas. Una pareja que le quiere y un trabajo que no le realiza, pero le paga las facturas. Una existencia rutinaria que produce un bucle diario, con situaciones similares, diálogos similares y colegas de mierda que solo hacen que aumentar su situación alienante.Puedo jurar que la película no empieza mal, como una suerte de Clerks, pero más jodido y con un escenario diferente. Pero es mi cerebro intentando jugármela. Seguro. En la sinopsis oficial se promete body horror y descenso a la locura. FALSO. Con todas sus letras.

Nuestro protagonista empieza a sufrir un tumor facial, punto. Empieza a desesperar por lo vacío de su vida. Nada más. Solo mencionare con cariño el hecho de que haya sido rodada en 8mm en su totalidad, cosa que me hacía sentir como si estuviera viendo la película de Posesión infernal las casi dos horas que duró esta tortura.

Algún día debería replantearme el salir corriendo, gritando y semi desnudo de una sala de cine al ver una cosa así.

La frase: Deberíamos dejarlo todo. ¿Suicidarnos? No, volver a la naturaleza. (Aquí cada uno entiende lo que quiere entender).

La escena: La escena final del chapuzón en el río (¡por fin!).


Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2025

Nota del autor:

1,5 (Ridícula) 

 

TRÁILER V.O.:

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente