Bad Apples (Jonatan Etzler, 2025) – 99 min. –

Dentro de la sección más gamberra de este festival nos hemos encontrado con Bad Apples (Manzanas podridas), una película que confirma que todavía se puede sorprender al espectador con humor negro inteligente y situaciones tan incómodas como divertidas. La premisa es aparentemente sencilla: María, una joven profesora de primaria, se enfrenta al reto de educar a un grupo de niños de once años hasta que aparece Danny, un alumno que se convierte en la auténtica manzana podrida de la clase. Lo que empieza como un problema disciplinario habitual pronto se transforma en una espiral de decisiones cada vez más extremas por parte de María, en un descenso moral que no da tregua ni a la protagonista ni al espectador.

La película funciona a la perfección porque nunca se queda en la superficie. Más allá del gag o de la situación absurda, Bad Apples construye un relato en el que cada paso hacia adelante nos hunde más en un terreno pantanoso.

Ese “esto no puede ir a peor” que todos pensamos mientras vemos la película se convierte en la clave de su humor: efectivamente, siempre puede ir a peor. Y lo mejor es que el guion sabe aprovecharlo con diálogos chispeantes, con giros tan inesperados como lógicos dentro de la locura general, y con un ritmo que mantiene al público en vilo de principio a fin.

Uno de los grandes aciertos es, sin duda, Saoirse Ronan. La actriz compone un personaje fascinante, una maestra que al principio transmite ternura y dedicación, pero que poco a poco va mostrando grietas, contradicciones y un costado oscuro que la convierte en un personaje tridimensional y, sobre todo, humano. Ronan es capaz de hacernos reír, incomodarnos y hasta conmovernos en cuestión de segundos, y su presencia en pantalla es magnética. Su interpretación es de esas que sostienen por sí solas una película, aunque en este caso también hay que destacar el buen trabajo del joven reparto que interpreta a los alumnos, con un Danny tan insoportable como necesario para que toda la maquinaria funcione.

Más allá de las interpretaciones, lo que hace especial a Bad Apples es su mezcla de géneros. Se mueve entre la sátira social, la comedia más negra y el thriller moral, todo envuelto en un tono juguetón que recuerda por momentos a la crueldad elegante de Yorgos Lanthimos. No es casualidad que en este festival la comparemos con Bugonia: ambas son auténticas locuras cinematográficas, aunque mientras la de Lanthimos se desborda en exceso y abraza el caos, Bad Apples prefiere la locura ordenada, un descontrol medido que permite que el espectador se deje arrastrar sin perder nunca la coherencia narrativa. Esa diferencia es lo que hace que la película sea tan adictiva y, en cierto modo, más redonda.

Otro aspecto destacable es la crítica de fondo. La película habla del sistema educativo, de la falta de recursos, de la presión que recae sobre los profesores y de cómo la sociedad trata a los niños que no encajan en la norma. Lo hace sin moralinas, desde la ironía y la provocación, planteando preguntas incómodas al espectador: ¿hasta qué punto justificamos lo injustificable cuando funciona? ¿Qué significa realmente ser un buen profesor? ¿Qué es lo que la sociedad espera de la educación? Todo ello se expone con un humor corrosivo que convierte el debate en algo tan ameno como perturbador.

En definitiva, Bad Apples es una de esas películas que se disfrutan muchísimo en sala, con un público que ríe, aplaude y se estremece al mismo tiempo. Es de lo más divertido que hemos visto en este festival, y al mismo tiempo una propuesta inteligente, con un guion brillante y con una Saoirse Ronan en estado de gracia. Una comedia negra que engancha, sorprende y deja huella. Una manzana podrida que, paradójicamente, resulta deliciosa.

Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de San Sebastián 2025

Nota del autor:

7,5 █████ (Buena)

 

Written by Ignasi Serra

Actor de doblaje