Mission: Impossible – The Final Reckoning (Christopher McQuarrie, 2025) – 169 min

Hay películas que se disfrutan. Algunas que se admiran. Otras que simplemente pasan. Pero de vez en cuando aparece una que se te queda en el pecho. Una que no solo ves, sino que vives. Una que te recuerda por qué empezaste a amar el cine. Misión Imposible: Sentencia Final es una de esas películas.

No es una simple secuela. No es “otra” entrega. Es una celebración. Una declaración de principios. Una cumbre técnica y emocional dentro del cine de acción. Y, aunque no se diga de forma explícita, también es una despedida. Un canto del cisne de Ethan Hunt, y quizás de Tom Cruise, en su rol más icónico.


La saga Misión Imposible ha sido, para muchos, un refugio. Un lugar donde el espectáculo siempre estaba garantizado, pero también donde se respiraba una forma de entender el cine que hoy parece casi extinta. Un cine que cree en la experiencia física, en los efectos reales, en el vértigo tangible. Un cine que se construye con cuerpos, no con píxeles. Y en el centro de todo eso, Tom Cruise.

Cruise no interpreta: se lanza. Se juega el tipo por cada plano, por cada escena, por cada secuencia que intenta ir un paso más allá de lo que creíamos posible. Lo ha hecho durante casi tres décadas al frente de esta saga, y lo vuelve a hacer aquí con una entrega que lo da todo. Absolutamente todo.

La dirección de Christopher McQuarrie es milimétrica. El ritmo es impecable. La tensión está tan bien dosificada que a veces resulta difícil respirar. Cada escena está construida con una precisión de cirujano y la energía de una tormenta. Las set pieces son, directamente, de otro planeta. Hay una —una en particular— que ya entra por derecho propio en el Olimpo de las mejores escenas de acción de todos los tiempos. Una escena que hace historia. Que se graba en la retina. Que te hace sentir que estás viendo algo irrepetible.

Y sin embargo, por encima del espectáculo, late algo profundamente humano. Esta vez, más que nunca, Ethan Hunt se muestra vulnerable. No por debilidad, sino por experiencia. Porque sabe lo que ha perdido. Porque cada misión le pesa más. Porque la épica, aquí, no está solo en lo que salta o corre, sino en lo que siente. Y Cruise lo expresa con una mirada cargada de tiempo, de memoria, de despedida.El reparto que lo acompaña está en estado de gracia. Hayley Atwell es una revelación absoluta: magnética, brillante, carismática. Simon Pegg y Ving Rhames, como siempre, son el alma emocional del equipo, aportando humanidad, humor y una lealtad que atraviesa toda la saga. Shea Whigham, por su parte, suma una capa inesperada de empatía y peso dramático a un personaje secundario que, en otras manos, sería una simple caricatura.

La música de Lorne Balfe golpea como un latido. El montaje es preciso como un metrónomo. La fotografía captura la belleza del caos y la tensión del movimiento con una elegancia pocas veces vista en el género. Cada elemento está afinado. Todo encaja. Todo suma.

Y entonces llega la gran pregunta: ¿por qué no está arrasando esta película? ¿Por qué el público no la está abrazando como merece? ¿Qué más necesitamos para rendirnos ante una obra así?

Porque Sentencia Final no solo cumple: rebosa cine por cada fotograma. Cine del que ya no se hace. Cine del que no pide permiso para ser grandioso. Cine que no se justifica, que no se disfraza, que no se esconde. Cine que arriesga, que emociona, que deslumbra. Cine que se siente.

Puede que no sepamos todavía si esta es realmente la última misión de Ethan Hunt. Pero si lo es, qué forma tan hermosa, épica y sincera de cerrar el viaje. Esta película es una carta de amor al cine, al riesgo, a la experiencia colectiva de sentarse en una sala oscura y creer.

Gracias, Tom.
Por tu entrega.
Por tu fe.
Por seguir creyendo cuando muchos ya dejaron de hacerlo.
Por recordarnos —una vez más— por qué seguimos yendo al cine.

Distribuida en España por PARAMOUNT PICTURES

Nota del autor:

9,0 ███████ (Excelente)

Película en CARTELERA desde el 22 de mayo de 2025

TRÁILER:

 

Written by Ignasi Serra

Actor de doblaje