Konnichiwa, Kaasan (こんにちは、母さん) (Yôji Yamada, 2023) – 110 min
Mom, Is That You?! (Título internacional)
Un oficinista, encargado del departamento de recursos humanos, ve como su vida se deshace por la presión social, cultural y laboral a la que es sometido. Su vida dará un nuevo giro al visitar a su madre y ver que esta se encuentra con un espíritu completamente renovado.
Película de uno de mis directores japoneses favoritos Yoji Yamada (El ocaso del samurái, Hidden blade). Un director que destaca por su exquisita sensibilidad y su capacidad por transmitir a través de la sobriedad y la sencillez poderosas emociones.
Ante nosotros se despliega una película costumbrista. A poco que hemos visto cine, y en especial el patrio, reconoceremos los tropos de una película sobre una familia desestructurada que busca un nuevo comienzo o una huida de la situación actual.
Aparentemente nada nuevo bajo el sol. Es un género que está muy trillado. Padre absorbido por el trabajo que empieza a desmoronarse por la presión. Hija que reniega de la casa familiar ante el inminente divorcio de sus padres. Madre ausente. Abuela viuda que aparentemente ha encontrado de nuevo las ganas de vivir.
Ahora bien, lo que hace esta película de interés es el hecho de que esto simplemente es el vehículo para contarte reflexiones mucho más interesantes y que a poco que dejes volar el cerebro te mantiene entretenido con todas las sutilezas que vas encontrando si te mantienes atento. Y dará para análisis muy sesudos sobre todos sus componentes.
Eso no quita que el vehículo en sí, el drama familiar costumbrista, este muy bien llevado. Muy buenas interpretaciones de todos los actores. Que los transforman en entrañables y enternecedores haciendo que te preocupes por todos ellos implicándote en la historia. Incluso los personajes que inicialmente son miserables acaban ganándose un apartado en el corazón. Con un detalle de plano muy interesante. Todos esos personajes siempre se les ve de espaldas (la maldad no tiene rostro), o de medio lado. Mostrando su redención a medida que se muestran más hacia la cámara.Si queremos disfrutar de algo sencillo, con un mensaje positivo, solo tenemos que apagar el cerebro y la película nos llevará a donde queremos ir. Con la belleza propia de la simplicidad japonesa. Con sucesiones de bellos planos de interior y el paisaje de la rivera de Sumida.
Pero a poco que te despegues un poco de la historia, usándola como una excusa empiezas a ver de que realmente quiere tratarse en la película.
Algo que aparentemente es la intención del director en el plano inicial de una ciudad de rascacielos y modernidad a una zona de casas pequeñas llenas de grietas.
Todo orbitando alrededor de la idea de la opresión, sea impuesta o autoimpuesta, como suele ser normalmente e ilustrándolo de bella manera con los planos de cámara. Siempre que una situación trate sobre limitación la cámara se acerca o pasará en interiores y siempre que un personaje se acerque a la libertad este se moverá en una zona amplia. Sea el rio o directamente mirando al cielo.Opresión en el mundo laboral, donde se espera la sumisión de los trabajadores hasta el punto de que cuando estos dejan de ser útiles estos sean escogidos para “dimisiones voluntarias”, para ahorrarle costos a la empresa. Una sociedad podrida que permite ese tipo de comportamientos, donde se explota al trabajador hasta dejarlo en los huesos y luego se deshace de ellos cuando no queda más carne que roer. Donde la cúpula directiva se ha desapegado tanto de su humanidad que utiliza el departamento de recursos humanos como un escudo, haciendo que toda la ira y responsabilidad caiga sobre ellos (sobre esto, el científico Stanley Milgram tenía muchos sobre lo que hablar. Especialmente sobre el pensamiento agéntico). Siendo aún más grave el hecho de que si intentas reclamar tu individualidad e intentas defenderte, el sistema simplemente te aplasta y te condena a la pena de ventanilla (no perder tu puesto, pero jamás hablarte, no darte trabajo, no darte nada que hacer hasta que te vuelvas loco o dejes tu puesto). Algo soberanamente cruel.
Opresión por el rango, donde siempre se tiene que seguir las ordenes de un superior. Jamás mostrar duda ni preocupación y someterte a los rituales alcohólicos de borrachera tras la jornada, alejándote más de la familia. Que acaba siendo más como un cojín sobre el que aterrizar cuando caes que como el núcleo vital. Llevando a más desequilibrio mental.Opresión social, donde toda la sociedad se mueve en base a lo que se espera de uno mismo, estando muy encorsetado. No se pueden mostrar emociones, no son productivas. Un exceso de felicidad es visto como algo negativo e impropio y todos deben comportarse como se espera. Donde de hecho el acto de rebeldía y reclamar la individualidad solo puede llevarse a cabo arruinándose a uno mismo. Y donde si no se rebela uno, solo queda la huida de la felicidad.
Incluso en la juventud se observa, donde se tiene que estudiar hasta la extenuación, o no se podrá conseguir un puesto universitario, que permitirá un buen trabajo y con el que podrás casarte….tooodo con mucho amor.
Una sociedad sanísima que solo produce gente equilibrada. Si esta película no es una crítica a la esencia del ser japonés, poco le falta. Lo mejor, todo narrado a través de pequeños detalles, normalmente.
Siendo el detalle más obsceno uno que se pasa fácilmente por alto. El de la pobreza. Durante toda la película veremos una escalada del aumento de sin techo y gente necesitada, mostrando que la sociedad “moderna” está generando cada vez más desechos. Los cuales tienen su aparente orgullo ante cualquier persona individual que quiera ayudarles (el orgullo que les ayuda a sobrevivir el día a día), pero en cambio se muestran serviles y dóciles ante la sociedad (prefiriendo no pedir ayudas sociales para no molestar). Un pensamiento bien nacionalista, que, de poder, se eliminarían directamente de la ecuación como se hacía antiguamente en el japón feudal (no me refiero al seppuku, sino al ubasute, dejar a los ancianos para morir en la montaña).
Y si hemos mencionado la obscenidad, no olvidemos siempre que con blasfemia todo queda un poco mejor. ¿O acaso el hecho de un pastor religioso enamorándose no es algo que va contra las normas esperadas? Pero para saber el desenlace, mejor mirar el metraje.
En resumen, una interesante película que tanto puede ser tomada como un simple drama familiar con final feliz o como interesante reflexión del drama de una sociedad.
Una película que nos habla sobre hacer las paces con el pasado e intentar cambiar aquello con lo que no podemos vivir. Para lo que siempre hay tiempo.
La escena: El momento en que Ino tiene la primera crisis nerviosa yendo en bicicleta. La piedad, el orgullo, la tozudez, la preocupación, todo en un mismo momento (y yo mientras pensando en cuanto tiempo le quedaba antes de tener un infarto en directo).
La frase: (la película no tiene ninguna frase que pase a la posteridad, pero si un gran conjunto de frases sencillas, pero remarcables)
“Solo puedo serle sincero a mi robot aspirador”
“Lloro aquí porque en casa no puedo”
“Con el estomago lleno se consola el corazón”
Vista en pase de prensa el 13 de agosto en los cines Verdi, Barcelona
Distribuida en España por A CONTRACORRIENTE
Nota del autor:
7,0 ██████ (Buena)
Película en CARTELERA a partir del 14 de agosto de 2024
TRÁILER: