Exorcismo en el Vaticano (2015): el Mal, posesiones y cintas de video

Después de dirigir cine de acción con Ghost Rider (2007), Crank (2006) o Gamer (2009), por primera vez el director Mark Neveldine se sumerge en la producción de un largometraje de terror, como es Exorcismo en el Vaticano, aprovechando el tan de moda recurso de metraje encontrado (o cámara en mano) y contando una historia de exorcismos con paralelismos a otras ya conocidas pero con un clímax final bastante original, aunque éste se debería haber potenciado más aportando más información para evitar que el espectador experimente una sensación de “quedarse a medias” al terminar la película.

Angela Holmes (interpretada por Olivia Taylor Dudley, Paranormal Activity: Dimensión fantasma 2015) se corta un dedo accidentalmente en una fiesta y acaba en el hospital, acompañada de su padre y de su novio. La herida se infecta y a raíz de ahí, empieza a demostrar un comportamiento un tanto extraño y peligroso hasta el punto de que, examinada por un sacerdote, se determina que está poseída por un espíritu maligno y se tiene que llevar a cabo un exorcismo.

Este planteamiento no supone ningún tipo de originalidad puesto que ya lo hemos visto en numerosos films como: El exorcista (1973), El exorcismo de Emily Rose (2005), Devil Inside (2012) o Expediente Warren (2013), por citar algunos. No obstante, en esta ocasión, el desarrollo de los hechos se lleva a cabo con originalidad, mezclando imágenes de cámara en mano de las cintas del Vaticano con la realidad y desembocando en un final nada repetitivo y muy original.

La cinta se sostiene principalmente por la interpretación de Olivia Taylor Dudley, que muestra total realismo en cada momento con sus gestos, miradas y acciones, llevando al espectador a meterse de lleno en la historia sin pestañear. El resto de interpretaciones son bastante olvidables.

Sus planos cortos y desenfoncados en algunos momentos aportan realismo a la acción y sus colores oscuros y grises la envuelven de un halo de misterio. No obstante, se echan de menos algunos sustos o momentos de impacto, puesto que cada acción posterior resulta previsible al ver la anterior, pese a su original desarrollo.

A pesar de ser una película bastante imperfecta, merece la pena ser vista aunque sólo sea por la destacable interpretación de su protagonista y a su insólito final, que no dejará indiferente a nadie.

Distribuida en España por DEAPLANETA