Krampus – Maldita Navidad (2015): ¿Crees en la Navidad?

En los albores de la Navidad estamos acostumbrados a ver desfilar por las salas de cine trabajos ambientados en esta época del año, algunos de ellos llegaron a ser clásicos en su día como Gremlins (1984), Critters (1986) o El Grinch (2000) y otros se quedaron (o se quedarán) a medio camino. No es el caso de Krampus, que podría convertirse en un clásico navideño en toda regla, dirigido por Michael Dougherty, que ya nos deleitó con el film Truco o trato (2007), conjunto de historias entrelazadas en la noche de Halloween y del que está preparando su segunda parte.

Una familia americana está preparando la cena de Navidad para recibir los típicos parientes que no ven en todo el año y con los que apenas tienen trato para pasar dichas fechas. Cuando después de ciertos sucesos pierden la fe en estas fechas señaladas, el espíritu mitológico de la Navidad del folclore de los países alpinos, Krampus, desata su ira sobre ellos haciéndoles pasar un verdadero infierno de modo que la familia tendrá que unirse más que nunca y dejar a un lado sus redecillas para hacerle frente.

Su original planteamiento a caballo entre la comedia y el terror (al principio psicológico y según el argumento va tomando forma no tanto) nos atrapará desde el primer momento, para adentrarnos en una leyenda muy poco conocida sobre esta época del año tan especial, con toques de cine de la década de los ochenta, en cuánto a lo gamberro y a lo grotesco pero a la vez cuidado, de su argumento.

A nivel interpretativo, es una película correcta. No hay interpretaciones que realmente sobresalgan, únicamente cabría destacar la de Krista Stadler, como abuela de la familia, de pocas palabras, siniestra y a primera vista conocedora de lo que está sucediendo en esa casa y de las intenciones de Krampus. Sin hablar, puede dejar helados con su mirada al resto del “cast”.

A nivel de montaje y dirección artística, es sublime. Estamos ante un Krampus excelentemente recreado para dar pavor y un pueblo congelado realmente tétrico con imágenes muy oscuras y siniestras, que se van tornando así cada vez más a medida que la película avanza y vamos conociendo las intenciones de este ser mitológico. Al inicio del film, dónde aún prima la comedia negra, los tonos son más brillantes y alegres y según avanza el metraje y se va dando paso al terror, éstos cambian.

No es la primera vez que se usa en el cine un mensaje subliminal de “debemos amar la Navidad”. Ya lo vimos en la clásica Qué bello es vivir (1946) o Cuento de Navidad (2009) y es un género que suele funcionar bien.

Krampus sorprenderá a grandes y pequeños, además de divertir. Lo mejor de la película es su clímax final, que no dejará indiferente a nadie.

Distribuida en España por UNIVERSAL PICTURES