Título original: Cold in July
País: EEUU
Primera proyección: EEUU, 18 Ene. 2014 (Festival de Sundance)
Duración: 98 min.
Director:
Jim Mickle
Guión:  Nick Damici, Jim Mickle, Joe R. Lansdale (novela: Joe R.Lansdale)

Un hombre sencillo de un pequeño pueblo de Texas mata a un intruso que se ha colado en su casa en plena noche. Tras el suceso, se da cuenta de que el hombre al que disparó ha sido identificado erróneamente y nada es lo que parece…

La película revisita la clásica trama del hombre corriente que acaba metido en un sarao que no veas, junto con la popular fórmula de tomar la justicia por la propia mano.

Esta premisa junto con la aparición de Michael C. Hall, Sam Shepard y Don Johnson en los papeles protagonistas será más que suficiente excusa de visionado para muchos.

La historia transcurre en una casi estricta nocturnidad en la que prevalece una banda sonora estupenda y un ambiente de inevitabilidad hasta llegar al clímax.

Es un filme entretenido sin pretensiones muy profundas que sin darnos un material especialmente nuevo, consigue una fórmula que funciona.

 Nota del autor:

7,0 ███████  (Buena)

COMENTARIOS DEL EQUIPO LGE

Eloy Cabacas

Cold in July (Jim Mickle, We are that we are, 2013) tiene un comienzo más que prometedor, con una fantástica presentación del protagonista y un primer acto condensado a la vez que eficaz. Pero a partir de ahí el guion solo da disgustos. ¿Por qué, cuando nos ha quedado claro desde la escena que abre que Richard (Michael C. Hall, Dexter, 2006-2013) es un cobarde, hay que remarcarlo hasta la exageración cada cinco minutos? Además, su arco está muy mal trenzado y evoluciona de Scooby-Doo a Rambo de forma tosca y aleatoria. Su toma de decisiones no resulta verosímil en ningún momento, dando como resultado una estructura poco sólida. Encima, a medio metraje da un paso al lado y Russel (Sam Shepard, Mud, 2012) se vuelve el auténtico protagonista, incluso en el clímax final. Todos estos fallos de manual llevan a que la película no funcione. Lo que se antoja como una mezcla entre Una historia de violencia (David Cronenberg, 2005) y El cabo del miedo (Martin Scorsese, 1991) pega un giro que más que sorprender provoca que en lugar de un conjunto cohesionado tengamos un Frankenstein, potenciando esa sensación de que todo está poco hilado y que las piezas del puzle se han ensamblado a golpe de martillo. La música es del todo desacertada y fuera de lugar. Claramente se quería buscar un homenaje a los 80, época en la que transcurre la historia, y así ha sido en el peor de los sentidos. Debería haberse movido por derroteros mucho más clásicos, ya que el aroma a western está siempre presente, o por lo menos reinterpretar esa esencia. Se agradece la valentía de la apuesta, pero ha salido cruz. Una pena, disparo fallido. 5/10

 

 

Written by Iris Martínez

Directora Adjunta

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