Título original: Populaire
País: Francia
Duración: 111 min.
Director: Régis Roinsard
Guión: Régis Roinsard, Daniel Presley, Romain Compingt
Una secretaria de los años 50.
Entro en la sala sabiendo que lo que voy a ver es una película sobre una secretaria francesa y su vida laboral a finales de los años 50. Enseguida me viene a la mente una serie como Mad Men, de una calidad excelente. Una trama que podría evocar muchas posibilidades en la película: me pueden hablar de guerra fría, de la ocupación alemana en Francia… Pienso que si es la mitad de buena en guión y está la mitad de bien caracterizada que la laureada Mad Men saldré contento de la sala.
Pero cuando la cinta funde a negro y saltan los créditos después de 90 largos minutos de película, me doy cuenta de que he visto una obra insulsa y preciosista cuya protagonista es una chiquilla torpe e infantil (Deborah Françoise), que si bien se esfuerza en interpretar bien su papel, a veces, la candidez de su rostro no basta para llenar la pantalla.
Por otra parte, tenemos al “príncipe azul” y también jefe de la joven protagonista (Romain Duris) que encarna un papel rígido por fuera y atormentado por dentro, intentando emular a algunas grandes figuras del pasado como Clark Gable o Gary Cooper, sin llegar a acercarse al nivel.
Una fanfarria alrededor de una historia de amor.
A pesar de la caracterización histórica de la película, hay muchos detalles improbables o fantásticos que suceden en el transcurso del argumento, y si bien aportan algo de frescura a la trama, son recursos que usa el director a modo de atajo para explicarte secuencias rápidamente, y a mi ver, tornan la obra mas inverosímil que simpática.
Pronto descubrimos que el objetivo de esta historia es que el personaje de Deborah Françoise consiga ganar una competición de mecanografía tras otra bajo la supervisión de su jefe. Así que tras unas cuantas escenas donde vemos cómo se entrena cual Rocky Balboa y algunas competiciones donde apreciamos cómo mejora cual Daniel Larusso, nos damos cuenta de que al final siempre surge el amor.
La luz de la época.
La caracterización de los escenarios donde se celebran las competiciones de mecanografía son correctos, así como los exteriores donde no han escatimado en modelos de coches franceses de finales de los 50. Sin embargo, se nota en la fotografía que hay algo que nos distrae un poco de la época: por más que la iluminación sea correctamente sobria, la textura de la película denota una calidad digital que no te deja imbuirte en la atmósfera de los 50, y que revela un aire realista que contradice un montaje de carácter fantasioso.
Por otro lado, dado que la edición presenta efectos y transiciones desfasados, y que el ritmo es previsible y pesado, no puedo evitar pensar que esta película está hecha para una audiencia que haya vivido su juventud en esa época. También me induce a pensar así la simplicidad de la trama que no llega a sorprender con ningún giro inesperado y apenas atisba algún punto de inflexión.
Una mención a la BSO.
Si bien al principio de la película la melodía suena melancólica y dulce, poco a poco abusa de esa sensación que nos imprime y se vuelve ostentosa. La música nos anticipa de manera molesta lo que debemos sentir antes de que la acción nos lo demuestre. Ese es uno de los factores que contribuye a ralentizar el ritmo pese a que la interpretación instrumental sea buena.
Por último.
Algunos catalogan la película como drama, otros como comedia romántica, pero teniendo en cuenta lo pastelosa que es la segunda mitad de la película yo la catalogaría como un mal melodrama, por lo insulso del final de la obra que es previsible en todo momento. Deja mucho que desear.
Distribuida en España por Vértigo Films.
Vista en PASE DE PRENSA el 3 de Junio de 2013 en los Cines Renoir, en Barcelona.
Nota del autor:
3,0 ███ (Mala)
Película en CARTELERA a partir del 7 de Junio de 2013
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