The Smashing Machine (Ben Safdie, 2025) – 123 min
El cine deportivo acostumbra a seguir una fórmula muy reconocible, la de las historias de superación, de lucha contra la adversidad y de victorias celebradas como catarsis. The Smashing Machine, dirigida por Benny Safdie y protagonizada por Dwayne Johnson, decide apartarse de ese camino y, en lugar de ensalzar la épica de las artes marciales mixtas o el nacimiento de la UFC, se centra en el retrato íntimo, vulnerable y doloroso de Mark Kerr, uno de los pioneros de este deporte y un hombre cuya vida estuvo marcada tanto por los logros en el octógono como por las derrotas personales que le acompañaron fuera de él.

La puesta en escena de Safdie responde a su estilo habitual: cámara cercana, fotografía granulada, colores saturados y una estética deliberadamente áspera que no busca embellecer nada. Las peleas no se presentan como espectáculos heroicos, sino como choques violentos y agotadores en los que se sienten los golpes, el cansancio y el sudor.
Esa crudeza conecta con el tono que quiere dar la película, aunque en las escenas más íntimas se roza a veces el melodrama, con un aire de culebrón que no termina de encajar con la dureza de lo que se cuenta. La decisión narrativa más llamativa es centrarlo todo en Kerr, lo que otorga a la película una enorme coherencia emocional pero le resta perspectiva histórica. Apenas se nos cuenta cómo funcionaba la UFC en sus inicios, qué dinámicas rodeaban el ascenso de las MMA o de qué manera Kerr fue fundamental en la consolidación de un deporte que después se convertiría en fenómeno global. Para los espectadores que buscan comprender ese universo, la película puede resultar decepcionante, ya que prefiere contar la historia de un hombre antes que la de un deporte.
Esa elección no convierte a The Smashing Machine en una obra fallida, pero sí en una película más pequeña de lo que podría haber sido. Safdie apuesta por un drama íntimo en el que lo importante no son las victorias deportivas, sino las derrotas privadas. Y en ese terreno el film se sostiene con fuerza, porque muestra sin adornos a un hombre que gana en el octógono pero pierde en su vida personal, y que acaba descubriendo que esas pérdidas pesan más que cualquier cinturón. El poso que deja la película es amargo: la sensación de haber asistido al testimonio de alguien que nunca supo gestionar la gloria y que quedó atrapado en sus propias sombras.No es una obra maestra ni un ejercicio de virtuosismo estético, pero sí un film intenso, sincero y conmovedor que marca un punto de inflexión en la carrera de Johnson y que confirma a Safdie como un cineasta interesado en los márgenes de la épica, en las vidas rotas más que en los relatos de superación. The Smashing Machine no edulcora nada, no ofrece victorias fáciles ni moralejas motivacionales; habla de caídas, de recaídas, de heridas que no cicatrizan y de luchadores que, aun pareciendo invulnerables, cargan con un dolor que el público rara vez ve.
Puede que se quede corta al no explorar con mayor amplitud el contexto histórico de las MMA, pero como retrato humano resulta poderosa y necesaria, un recordatorio de que incluso los gladiadores más duros tienen fragilidades invisibles y de que, a veces, las batallas más brutales no se libran en un ring, sino en la intimidad de la propia vida.
Vista en pase de prensa el 30 de septiembre en los cines Renoir Floridablanca (Barcelona)
Distribuida en España por DIAMOND FILMS
Nota del autor:
6,5 █████ (Correcta)
Película en CARTELERA desde el 3 de octubre de 2025
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