Nueve reinas (Fabián Bielinsky, 2000) – 114 min

Veinticinco años, un reestreno y volver a visitar la vida de Juan y Marcos es el plan perfecto. La ópera prima de Bielinsky plantea un constructo -en su definición más estricta- que utiliza la cotidianidad de una sociedad acostumbrada a sobrevivir para hacernos desgranar algo más complejo y no directamente observable. Su fuerza radica en una mezcla precisa de sus componentes: un guion que corta como una navaja, unas interpretaciones que rezuman naturalidad, una dirección que sabe timar al espectador, y una estética que dibuja el caos vital de un Buenos Aires decadente en su propia grandeza; y todo esto sin perder, en ningún momento, el pulso narrativo. 


Esta película argentina de estafas -quilombos-  está dirigida con la confianza de un realizador veterano y la frescura de un debutante ávido de nuevas experiencias. Su cámara ágil no se alimenta de virtuosismos innecesarios, respira calle, verdad y dinamismo; se convierte en un voyeur disfrutón, astuto e implicado, como si fuera un tercer estafador que no sólo sigue a los protagonistas, sino que los conduce a un juego de mentiras absolutamente genial. Bielinsky se reencarna en un prestidigitador del embrollo, conduce a Juan (Gastón Pauls) y Marcos (Ricardo Darín) por las entrañas de Buenos Aires sabiendo que parte del éxito de la cinta radica en el ritmo y en la deconstrucción de los personajes. Su manejo del tempo es magistral, especialmente en las escenas de negociación, donde la tensión se construye con silencios y miradas más que con diálogos grandilocuentes. Hay ciertos puntos de conexión con Casa de juegos (David Mamet,1987), otro filme de estafas donde el director confía en que el espectador rellene los espacios en blanco que el guion nos deja como pequeñas trampas. Sin embargo, Mamet se nutre de un estilo más teatral, mientras que Bielinsky profundiza en lo terrenal, en lo caótico de una ciudad cómplice que parece un personaje más.Ricardo Darín es el eje de Nueve reinas. Su interpretación es un trabajo lleno de carisma y ambigüedad: un timador curtido que destila encanto, manejando su sonrisa como nadie es capaz de hacer. Darín no actúa; habita en el personaje, exuda una naturalidad que hace que cada gesto, cada pausa, parezca improvisado aunque esté minuciosamente estudiado. Este es el secreto de un gran actor y muy pocos llegan a conseguirlo. Gastón Pauls, el novato, es el contrapunto perfecto. Su aire inocente, herido por su propia historia, mezclado con destellos de pillería, engancha al espectador que no para de preguntarse cuánto de víctima hay en él. No tienen la química de los más grandes de este género que no son otros que Redford y Newman en la mejor película de timos de la historia: El golpe (George Roy Hill,1973), pero reconozco que aun mostrando menos glamour, su carácter natural, desenfadado y, por encima de todo, porteño fascina y engancha. Esta relación entre veterano y aprendiz tiene un punto a favor de Darín y Pauls porque son capaces de inyectar a sus personajes una humanidad que los transforma en seres de carne y hueso; y estoy convencido de que te los podrías encontrar tomando una caña en tu bar favorito.

Un personaje secundario que brilla es Vidal Gandolfo, un empresario español magníficamente interpretado por Ignasi Abadal. Leticia Brédice construye una Valeria carismática y capaz de poner a Marcos en su sitio. Completan el cuadro un maravilloso y entrañable elenco de secundarios que se convierten en personajes únicos del hampa porteña.Uno de los grandes aciertos de Nueve reinas reside en su guion. Es un mecanismo de sincronización perfecta: cada giro, cada nueva pieza del rompecabezas, cada revelación, están sembrados en el momento preciso, con una sutileza que recompensa al espectador activo y atento, sin penalizar al que se deja llevar por un visionado  general. La historia parte de un encuentro entre Juan y Marcos, y se dirige hacia una trama de engaños relacionados con el negocio de sellos falsificados (las “Nueve reinas”). El texto reflexiona sobre la avaricia, la desconfianza y una moral que cotiza a la baja en una Argentina en crisis. En este sentido conecta con Los impostores (Ridley Scott, 2003), donde unos magníficos Nicolas Cage y Sam Rockwell juegan con las expectativas del público apoyados en un texto bien estructurado, aunque Nueve reinas sea más ácida, más real y menos sofisticada. Reseñable su capacidad para ser universal sin perder el sabor local: los diálogos están llenos de giros porteños, pero la historia podría ocurrir en cualquier lugar donde el dinero y la desconfianza colusionen.La fotografía de Marcelo Camorino quiere captar la crudeza de Buenos Aires: calles sucias, un puñado de hoteles que son pura fachada, unos lugares de encuentro lúgubres y unos bares con cero encanto. Aquí apenas hay filtros, no se buscan sombras; casi todo se muestra a través de luz natural para reforzar un tono realista. La cámara no persigue, acompaña a los personajes a través de planos medios y secuencias en movimiento que dibujan la urgencia del momento. Se decanta por lo natural, lo cotidiano, otorgando una autenticidad que garantiza un envejecimiento elegante.En la banda sonora de César Lerner no hay melodías que busquen manipular emociones; se limita a subrayar la tensión de la escena cuando es necesario y para ello resuenan ligeras percusiones que se confunden con tenues melodías de jazz. Los sonidos de Buenos Aires —el tráfico, el bullicio— son meros instrumentos que participan del relato y que acoplan la película a su entorno dando la sensación de estar viva.En definitiva Nueve reinas es una cinta que nunca comete el error de caer en los excesos, combina saber, táctica, emoción, inteligencia y mucha humanidad, construyendo un “conartist film” con toques de cine negro sin renunciar a la identidad de una ciudad y sus costumbres. La dirección es precisa, las interpretaciones certeras, el guion diseña un laberinto que te conduce por donde quiere, sin forzar absolutamente nada, la fotografía plasma el latido de Buenos Aires, y la música sabe cuándo esconderse. Es una obra magistral, honesta, llena de intriga y naturalidad. Si no la has visto, aprovecha esta oportunidad de disfrutarla en pantalla grande; y si ya la has visto, sobran mis recomendaciones. 

Distribuida en España por A CONTRACORRIENTE

Nota del autor:

8,0 ██████ (Muy Buena)

Película en CARTELERA desde el 29 de agosto de 2025

TRÁILER:

 

Written by Mario Ayala

Cineadicto