Den stygge stesøsteren (Emilie Blichfeldt, 2025) – 110 min. –

Película de Emilie Blichfeldt que decide revisitar la fabula de la Cenicienta. Utilizando toda la historia como un alegato sobre la aceptación corporal. El auto martirio, las falsas expectativas y la miseria humana en general.
Una versión muy interesante de una historia que se ha narrado mil veces. Siendo la versión de los hermanos Grimm otra versión en si misma de una historia de origen chino. Utilizando en este caso el punto de vista de la hermanastra mayor de la Cenicienta. Usando de hecho a la protagonista original como un simple espejo contra el que reflejarse.
Centrándonos en un actor desconocido de la misma, la hermanastra mayor, el patito feo de la familia. Nos da un terreno muy amplio para contar un nuevo cuento dentro de un recinto conocido. Un lienzo en blanco para añadir matices de color a todos los personajes.
Un color muy interesante de hecho. Ya que al ser una historia de origen popular nunca puede decirse a ciencia cierta cual es la versión “correcta” y nos narra un versión que nos tenemos que tragar. Con la suficiente inteligencia de nunca hacer una referencia directa. Menos una vez en que llaman a la hermana “Cenicienta” sin darle mucha importancia ni explicación. Con bastante buen gusto. Narrándonos desde el principio que en un cuento de hadas todos los personajes son unos miserables (menos si lo cuenta Disney que ahí aun son peores y además unos gandules).
Todo personaje tiene su pecado que le condenará al infierno, incluida la Cenicienta y su soberbia lasciva. Partiendo de que todos son el mal, es muy difícil que el espectador empatice con nadie (no queremos vernos como el malo). Y en este caso nuestra directora nos hace empatizar por el mínimo común múltiplo, es decir por el personaje más débil.
Nuestra protagonista. Inocente. Enamoradiza y pura. Creyente del amor verdadero y los cuentos de princesas. Pero sin un gramo de fuerza y voluntad en el cuerpo. Arrastrada siempre por la voluntad y “buenas intenciones” de otros.
Es difícil empatizar con ella, pero el sufrimiento une mucho. Un sufrimiento en abundancia en un metraje repleto de sadismo, castigo corporal y horribles praxis medicas con las mejores intenciones.
Volviendo a la tarea de dirección. Muy bellamente elaborada, que nos lleva de la mano por ese cuento fantástico revisitado. Mezclando época de leyendas, una suerte de tecnología un poco avanzada para su época y reinterpretaciones de la música moderna para el acompañamiento.
Un intento de destruir la época de las fabulas en si mismo, afeando todos los aspectos que encontremos donde nadie es tan bueno, ni uno tan malo y siempre siempre hay un buen (o al menos lógico) motivo para realizar las acciones. Menos si eres hombre, que entonces, eres tonto, malvado, lascivo y en cierto grado repugnante (qué se podía esperar de una directora en estos tiempos, no esperemos milagros siquiera en un cuento de hadas).
Con una madrastra dura, por el bien de la familia y sus hijas. Egoísta basada en lo sufrido. Una Cenicienta orgullosa y lasciva capaz de olvidar el amor verdadero en pos de una posición social. Un príncipe que haría envidiar a Marlon Brando en su época más hardcore (la referencia a la mantequilla es pura canela). Una caterva de secundarios a cada cual más horrible y brutal, médicos, enfermeras … Enamorado estoy del sastre que cual Mefistófeles ejerce de hada madrina para la hermanastra. Unas tienen hadas madrinas en sus cuentos. Otras tienen un incubo que quiere acostarse con su madre mientras les trae un vestido precioso para su momento más glorioso. Jugamos con las cartas que tenemos.
Precisamente esto es en parte la enseñanza de la película. Jugar con tus cartas. Debes adaptarte y esforzarte para sobrevivir. El pez que se deja llevar siempre por la corriente es arrastrado hasta el mar y muere. Lamentarte de tu destino no debe evitar la corrección del rumbo. Dejar tu solución en manos ajenas siempre, siendo sujeto pasivo de tu solución, solo te hará daño (sea a la corta o a la larga). Debes ser activo en tu propia historia. Una reflexión interesante en tiempos del Ozempic, al que se hace referencia de forma indirecta pero brutal durante la película (algo que se lleva haciendo desde el tiempo romano y nadie ha aprendido que no es sano).
No adaptarte, te lleva al camino de la pereza, el hastío, el resentimiento y el odio. Que acaba consumiendo hasta al personaje más inocente. La autoaceptación es importante en el proceso curativo. El esfuerzo, también. Algo que se nos intenta mostrar en la película a través del personaje de la hermanastra menor. El único personaje inocente y bueno de toda la película. Para que luego digamos de los pelirrojos. Y eso que antes se les quemaba. No deja de ser a medida que avanzamos el personaje que nos debe identificar. Con sus caras de horror y manos en la cabeza ante las burradas que va viendo.
Toda esta película no se sustentaría sin un gran trabajo actoral. De todos los personajes. Siendo en especial para mi el de la madre (Anne Dhal Torp). Severa, dura, pero con sus debilidades manifiestas. Transformándose en una MILF terrible a medida que avanzan los minutos. Unas actrices que nos muestran que si bien hacerse más guapo es muy difícil, afearse es facilísimo. Vamos que la hermanastra fea muchos darían su alma para yacer con ella. Por que si alguien me dice que Lea Myren es fea… debe hacérselo mirar.
Hablando de tono, hay que remarcar que la película se va a mover siempre en el área del realismo más o menos. Si ignoramos el hecho de que nadie tiene olfato (tienen un cadáver almacenado durante más de 3 meses y todo el mundo es feliz) y tienen el sistema inmunitario más duro a este lado de la realidad (con las burradas que se hacen y nadie pilla nada, una maravilla sanitaria). Solo rompiendo este realismo para el momento cumbre de Cenicienta y su vestido.
Me encanta en esta película el nivel de sadismo y actos explícitos que llegan a ocurrir durante la historia. Hay que mantenernos atentos durante los casi 110 minutos de la misma. Sean de sangre, sexo o mentales. Siendo para mi el más terrible el momento ballet. Odio el ballet con todas mis fuerzas, hasta el punto de que lo prohibiría y el hecho de imponérselo a las pobres chicas me parece un crimen.
Es justamente esto un desaprovechamiento de la historia, ya que todos el momento de la academia y el juego que hay entre las profesoras podría haber sido mucho más utilizado ya que daba mucha cancha. Pero siendo un metraje largo se prefirió recortar el trozo de las profesoras horribles para poner más hombres miserables.
Resumiendo. Una película interesante, dura de ver y que si lees más allá del panfleto que van a intentar venderte, encuentras unas enseñanzas muy útiles.
Muy recomendable si te gusta el sufrimiento ajeno, el propio o los parásitos intestinales.
Y como lección adicional de anatomía. Si algún día queréis encajar en un zapato. Cortar los dedos no sirve de nada, el ancho se mantiene. Tendréis que cortaros además los metatarsos, a lo largo. Una delicia del dolor. Eso o probar el método chino de deformación de pies. Como siempre, mejor volver a los clásicos.
La frase: Se nos ha acabado la mantequilla en el palacio. Por tu culpa tenemos que tomar pan seco. (Las implicaciones de esta frase y la referencia a Marlon Brando se escriben solas).
La escena: El momento pie y su consecuencia.
Vista con PASE DE PRENSA en el Festival Internacional de Sitges 2025
Nota del autor:
7,0 █████ (Buena)
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