Título original: Thirteen Conversations About One Thing
País: EEUU
Primera proyección: Italia, 02 Sep. 01 (Festival de Venecia)
Duración: 104 min.
Director: Jill Sprecher
Guión: Jill Sprecher & Karen Sprecher

La ignorancia es la felicidad. Esta es una de la frases que divide los capítulos por los que navega este curiosísimo análisis de nuestras miserias, lleno de personajes frustrados, tristes o fracasados, pero amenizado por la envidiable felicidad de algún otro que aparece en escena, no sin tener tras de sí la amenazante sombra de todos los miedos que representan los demás protagonistas. Con un estilo sobrio y a través de una atmósfera tranquila que transcurre al ritmo de un espléndido y trascendental guión, la espontánea directora y productora Jill Sprecher («The convincer«, 2011) ofrece una película de muy rápida digestión. Es ligera pero deja un marcado sabor a verdad, obliga a hacerse más de una pregunta y sugiere sobre qué podemos reflexionar en nuestras vidas ahora que estamos a tiempo. A su vez, es otro de esos relatos de personajes anónimos en la ciudad de Nueva York, historias cruzadas de gente cualquiera que no deja de ser el reflejo de aquello con lo que muchos nos sentimos identificados.

Los devenires de un joven y exitoso abogado (Matthew McConaughey), un aburrido y místico profesor de universidad (John Turturro), una risueña empleada de la limpieza (Clea DuVall) y un carcomido director de oficina (Alan Arkin) que no se cree la indestructible felicidad del ajeno son guiados a través de una inteligente ruta que traza los caminos paralelos de todos estos personajes, dejando completamente abierta la posibilidad de que puedan encontrarse en alguna intersección. Todos parecen muy distintos pero están más cerca de lo que piensan, pues comparten grandes dilemas sobre la vida y parecen inmersos en una encrucijada de la que sólo podrán salir si la línea que van trazando conecta con algún sorprendente destino. También podrían estar esperanzados por tener suerte pero ¿existe ésta realmente? Otro de los puntos que se tocarán en la cinta.

Como si de un podio se tratara y ordenándolos de mayor a menor en función de sus grandes trabajos, puedo decir que Alan Arkin («Pequeña Miss Sunshine«, 2006) es el que mejor está de toda la película, sabiendo dibujar a la perfección ese personaje acabado, envidioso e infeliz. Para el va el primer puesto, seguido de un John Turturro («Muerte entre las flores«, 1990) que te hace bien cualquier papel que le eches. Magnífico retrato de un personaje vacío y perdido que busca algún tipo de emoción en su vida mientras su mujer (Patricia, interpretada con corrección por Amy Irving) debe pagar la factura de estas emociones. Completa el ránking (y no muy alejado, pues todos los protagonistas están a un nivel admirable) un buen Matthew McConaughey con un papel que repetiría años después en la película de “El inocente” (2011), un exitoso abogado algo engreído y de jugosa cuenta corriente -un sobrado, vamos- que terminará viéndole las orejas al lobo. Clea DuVall («Inocencia interrumpida«, 1999) como la chica de la limpieza sigue a todos estos con un trabajo firme, convincente y muy acertado. Todos los personajes, insisto, saben transmitir lo que el guión tejido por las hermanas Jill y Karen Sprecher pretenden.

La cinta es completada por lo ameno de los compases de una plácida y acertadísima banda sonora dominada por el piano, compuesta por el norteamericano Alex Wuman, autor, entre otras muchas obras, de las melodías que acompañaron el documental “El viaje del emperador” (2005).

Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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