Await Further Instructions (Johnny Kevorkian, 2018) – 90 min. –

Await further instructions es una película de suspense muy bien llevada, una muy buena impresión que me he llevado para una película que se me antojaba sencillita. Si se eliminan los últimos 5 minutos subiría más todavía. Tras varias conversaciones, es una película que te va hilvanando la historia y al llegar al final no saben como acabar todo el tinglado montado. Así que optan por un cierre en falso. Una lastima, pero aún así la película no desmerece un buen visionado.

En la noche de Navidad una familia muy mal avenida se reúne para celebrar lo muy mal que se llevan (a saber: hijo inconformista, su novia india, su hermana que si es más retrasada les desgrava, su novio a juego, padres totalmente alienados y el abuelo racista para dar color a la situación). Al pasar la noche y llegar el amanecer verán que toda la casa esta recubierta de una película que impide su escape. Solo aparecerá un mensaje en el televisor que les pedirá que esperen más instrucciones.

A partir tenemos un relato de suspense y miedo ante unos personajes que no saben que esta pasando y cada vez van cayendo más y más en una esfera de salvajismo y anulación de su personalidad.

Realizada con unos medios apropiados y una factura exquisita, a pesar de lo larga que es no se hace pesada y te mantiene pegado al asiento. Unas buenas interpretaciones son la guinda para este pastel.

Si damos un paso atrás y observamos la película tiene dos lecturas muy interesantes, la primera es la critica feroz a la sociedad, donde se demuestra que la humanidad necesita algo en que creer. Es triste ver como tras miles de años de sociedad, ante una situación extrema de tensión todo se desmorona y caemos otra vez en la telaraña de la religión. Si algo no tiene explicación, es un acto divino. De hecho me encanta como se muestra en la película este matiz, dándole un toque casi repulsivo. Incluso hay una referencia al mito de la caverna, teniendo una familia literalmente esclavizada a una pantalla esperando la información.

Otra lectura interesante, esta película no deja de ser la aplicación de las teorías de Stanley Milgran sobre la psicología conductual (si no os suena, os recomiendo encarecidamente que veáis las películas Das Experiment (2001) y Experimenter (2015)). Donde se utiliza una situación de desinformación total y tensión para ver como la voluntad individual se anula, todo es subordinación a las ordenes de una inexistente voluntad superior. Justificando cualquier aberración como plausible. Situando al espectador como el único cuerdo y con perspectiva, encarnado en el protagonista.

Una película que da para disfrute a varios niveles ciertamente. Lo único malo en películas como estas es llegar a un buen final, cosa que no tenemos tampoco en esta. No esta mal, pero no mata.

Mención especial a la televisión misma, un personaje más del film, que se antoja cruel y sádica por las instrucciones que va dando. Un ser vivo más (como iréis descubriendo).

La frase de la película: “Seguro que habla después de que le saquemos un ojo».

La escena de la película: Cuando el padre pretende torturar al hijo, cuanta profesionalidad.

Vista en el Festival Internacional de Sitges 2018

Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)      

TRÁILER – V.O.S. en Inglés:

Written by Oscar Hidalgo

Cinéfago demente