Death Wish (Eli Roth, 2018) – 107 min. –
Deseo de matar (hispanoamerica)

De vez en cuando toca cubrir el pase de una peli de esas que sabes que no aportará nada más en tu vida que un rato ameno, y eso si tienes suerte. Si vas siendo consciente de lo que te van a poner delante, es como el fast food, que con moderación hasta entra bien.

Paul Kersey (Bruce Willis, The Prince, 2014) es un cirujano que pierde a su esposa y a su hija en un intento de robo fallido en su casa; ante la saturación de la policía de Chicago, decide tomarse la justicia por su mano.

Hay cosas que chirrían desde el primer momento. Willis de cirujano en jefe es poco menos que una broma; vale que su profesión dé mucho juego para la historia, pero cuesta un mundo verlo en el quirófano. Luego está el típico cliché de plantarle una familia perfecta, guapa, rica y que se quieren todos un montón. Incluso le ponen 43 tacos a Elisabeth Shue (Regreso al futuro II, Robert Zemeckis, 1989), que, aunque sigue estando guapísima, ya va por los 54; teniendo Willis 63, no hacía falta para nada. Por suerte, el tío Frank, interpretado por un excelente Vincent D’Onofrio (Sinister, Scott Derrickson, 2012), se sale del patrón, haciendo de oveja negra de tan impoluta estampa.

También tenemos a un Miguel Javier que, por ser hispano y trabajar de aparcacoches en un barrio de ricos, automáticamente está metido en trapicheos. Todo en la línea del tufillo americano reaccionario a la que huele la cinta, que justifica que, si el sistema no cumple con sus cometidos, un ciudadano decida tomar cartas en el asunto pistola en mano. O que se diga sin ningún pudor que la obligación de un hombre es proteger a su mujer y a su hija, mostrándolas como figuras débiles y dependientes.

Pero también tiene sus cosillas buenas a nivel de guion. Presenta los personajes y el mundo en el que ocurre la trama de forma rápida, clara y amena; esto, que parece de cajón que debería ser así, pasa con mucha menos frecuencia de lo deseado, y los guionistas estamos encantados de ver que, en una peli de acción, género que suele descuidar muchos aspectos narrativos, se haya trabajado tan bien los minutos iniciales.

Otro punto para el guion consiste en que, pese a su discutible moraleja, introduce constantemente el debate en los medios de comunicación sobre si la actitud que toma Paul Kersey está justificada o no, habiendo opiniones de todos los colores; un poco como en los Batman de Nolan.

Y es destacable que Kersey no sea un tipo que pase los fines de semana en el campo de tiro, sino un hombre que nunca ha cogido un arma en su vida y de golpe se tiene que poner a hacer prácticas en su garaje porque no sabe ni controlar el retroceso del disparo.

La escena del fallido robo en la casa de la familia Kersey está bien llevada y se entiende perfectamente el desarrollo al que llega, así como las actitudes que toma cada uno de los personajes y cómo ello desencadena en tragedia.

La dirección de Eli Roth (El infierno verde, 2013) solo tiene una laguna, que es el juego a pantalla partida que hace en un momento dado, que no solo no aporta nada, sino que encima le queda al conjunto como dos pistolas a un Cristo.

En general, la propuesta es satisfactoria si hacemos balance de lo positivo y lo negativo, y es disfrutable siempre y cuando sepamos dónde nos estamos metiendo y case con nuestros gustos y preferencias cinematográficas.

Distribuida en España por FILMAX ESPAÑA.
Vista en PASE DE PRENSA en Soho House el 23 de marzo de 2018, Barcelona.

Nota del autor:
6,5
 ██████ (Correcta)

La película está en CARTELERA desde el 28 de marzo de 2018.

TRÁILER:

Written by Eloy Cabacas