xXx (2016): Reactivado

xXx: Reactivado se parece más a un videojuego surrealista que a una película. Todo descuadra por doquier. Estoy acostumbrado a ver películas de acción, siendo un género que me agrada bastante, pero aquí la cadencia de guión, presupuesto, efectividad y entretenimiento, brilla por su ausencia. O mejor dicho, da la sensación de que gran parte del presupuesto se ha ido en el fichaje estrella de Vin Diesel, dejando en un segundo plano lo demás.

Desagrada ver que todo es tan flojo porque tenía amplias esperanzas en que este film estuviera al nivel del film de 2001 (bautizado en nuestro país con el título de Triple X). Lejos de ello, nos encontramos con el rescate de Xander Cage (Vin Diesel) que acaba siendo descubierto para volver a salvar al mundo de un artefacto que puede controlar cualquier aparato remoto para que acabe teniendo fines destructivos. Es lo que ocurre con los satélites, los cuales están siendo dirigidos hacia la Tierra para destruir objetivos concretos, siendo la misión de Cage, evitar más catástrofes.

Independientemente de que el reclamo es ver a Vin Diesel en estado puro, quien me acaba agradando más es Donnie Yen, co-protagonista que da vida a Xiang, otro agente triple X con otros fines. El actor chino se ha convertido en uno de los rostros más atractivos del panorama fílmico tras su presencia en Rogue One de Star Wars que ha hecho que se diera a conocer de forma internacional.

No hay muchas más virtudes que agregar, ya que todo lo demás es un refrito de otros films en los que Vin Diesel ha estado participando y en el que nos encontramos esos detalles que tanto están siempre con el actor en las películas de A Todo Gas (las amistades, los coches, los chistes, la familia y el malo). Una fórmula que se ha mirado de aplicar aquí, pero que no ha funcionado de ninguna manera.

Pese a los clichés ultra desgastados, xXx: Reactivado tiene un par de escenas curiosas y buenas. Por lo demás, nos encontramos ante un film flojo, no desagradable porque el hecho de estar contemplando durante casi todo el rato escenas de acción imposibles, hace que te quedes en la butaca. Por ello, más que acabar tomando enserio lo que hace el actor californiano, te lo intentas tomar como una larga broma pasada de rosca.