Los últimos cinco años (2014): El cine no es una ciencia exacta

Ocurre a veces que una película está bien hecha, tiene un considerable esfuerzo detrás e incluso se aprecia talento en algunos de sus aspectos, pero cuando termina, el espectador se queda más bien frío. Y no por falta de emociones, que las hay, sino porque algunos detalles han creado distancia entre los protagonistas y el público.

Los últimos cinco años (2014, Richard LaGravenese) es un musical sobre una pareja de artistas cuya relación se ve condicionada por el éxito de él y el fracaso de ella. Está plagado de buenas canciones, la historia no está mal y tiene unas interpretaciones, sobre todo en lo que refiere al apartado vocal, que rayan a un nivel altísimo. Está grabada en el estilo indie tan en auge últimamente, decisión acertada en este tipo de proyecto. Y el guion no presenta problemas graves como para dar al traste con el resto de la cinta.

¿Qué falla entonces para que uno se vaya con ese sabor agridulce? La primera señal inequívoca es de una claridad apabullante: que el espectador mire el reloj y descubra que aún no se ha llegado a la media hora. Indicio de que algo va mal.

Analizando los porqués, poco a poco se van encontrando esas pequeñas cosas que te van empujando hacia afuera. Los protagonistas apenas se topan con trabas. Él es joven, guapo, y un triunfador precoz. Ella ídem excepto porque se da de bruces en cada casting que pisa; pero bueno, eso no la priva de su vida acomodada y de la posibilidad de probar en otros campos que le llamen la atención, como el diseño de ropa. Tienen peleas de pareja, claro, pero casi siempre son felices a rabiar.

Las canciones, estando muy bien, se parecen demasiado entre sí, tanto la música como la letra. Eso se debe a un guion que no sigue una temporalidad lineal y que coloca a la pareja protagonista una y otra vez en situaciones muy similares, así que les toca cantarse lo mismo en repetidas ocasiones, ya que están expresando lo que sienten. Eso lleva a letras calcadas. Y si encima la música es del mismo corte, pues al final te has pasado hora y media viendo como se enfadan y reconcilian hasta la extenuación mediante un main theme y sus variantes.

Pese a ello, hay que romper una lanza en su favor, ya que consigue dar razones creíbles a los dos para tener esas peleas, y sus motivos son profundos y complejos, cosa complicada de ver en dramas románticos protagonizados por personajes jóvenes.

Seguramente una reestructuración del guion y darle más variación a las canciones harían de Los últimos cinco años una película que volara más alto, pero aunque se quede a medio camino puede pasearse por la cartelera con la cabeza alta.

Distribuida en España por 39 ESCALONES.
Vista en PASE DE PRENSA en Cinesa Diagonal octubre, Barcelona.