Esta lista pretende recoger las mejores películas a nivel fotográfico del presente siglo XXI. Quince años que han dado para verdaderas joyas visualmente hablando. Porque la fotografía en el cine es mucho más que luces y sombras, es uno de los elementos predominantes a la hora de crear atmósferas. Una labor que es trabajo del binomio formado por el director y el director de fotografía. Ambos serán los responsables de crear fórmulas que  de funcionar, se repetirán hasta llegar a ser un sello identificativo de la filmografía de un director. El director de fotografía en cambio, es una figura mucho más anónima que aquí no vamos a pasar por alto.

He aquí mi #topten con una pequeña explicación del porqué  las elecciones técnico/artísticas tomadas en dichas obras, funcionan:

10. STOKER (Chan-Wook Park, 2013) 

Director de fotografía: Chung Chung-hoon.

Stoker divide  el encuadre de la imagen en dos mitades imaginarias de proporciones idénticas en las cuales sitúa inteligentemente a sus tres personajes protagonistas de modo que prácticamente siempre, queden dos en un lado, y otro en el otro. Esta composición aparentemente anecdótica, está al servicio de una historia que gira en torno a las “idas y venidas” de un peculiar triángulo amoroso.

 

9. BIG FISH (Tim Burtom, 2003)

Director de fotografía: Philippe Rousselot.

Burtom es reconocible por el uso de colores vibrantes y llamativos, que en esta película están concienzudamente elegidos. Dos colores complementarios: el violeta y el amarillo, utilizados con la intención de proporcionar una imagen más vistosa, así como una mayor unidad al conjunto de los planos, que se desarrollan en escenarios muy variopintos. Además, se consigue una marca claramente identificativa para esta obra. Juega también, con el contraste de los tonos (amarillo) cálidos y fríos (violeta y azul), siendo este uno de los recursos más utilizados en el mundo de la fotografía en general.

 

8. BIRDMAN (Alejandro González Iñárritu, 2014)

Director de fotografía: Emmanuel Lubezki.

Birdman nos da cuenta de las más rocambolescas situaciones vividas entre bambalinas por un grupo de actores de teatro. ¿Hay pues una mejor decisión que la de optar por una iluminación teatral?, ¿que la iluminación de la escena provenga de un elemento visible dentro de la propia imagen?

 

7. EL GRAN GATSBY (Bazz Luhrmann, 2013)

Director de fotografía: Simon Duggan.

Luhrmann tiene una más que visible obsesión por el dinamismo en la imagen. Incluso en los planos más estáticos, logra encontrar una manera de proporcionar movimiento a sus imágenes; aunque cada vez trabaje con un director de fotografía distinto.

 

6. MELANCOLÍA (Lars von Trier, 2011)

Director de fotografía: Manuel Alberto Claro.

Von Trier hace gala de las más básicas reglas compositivas en esta película, continuamente utilizadas en la fotografía de todo tipo. La utilización en este caso de la ley de los tres tercios, es sutil pero identificable, un recurso sencillo, pero efectivo en cualquier caso. La imagen se divide claramente en tres espacios verticales, cortados por dos líneas imaginarias.

 

5. CAMINO A LA PERDICIÓN (Sam Mendes, 2002)

Director de fotografía: Conrad L. Hall.

Sam Mendes gusta de utilizar la fotografía como un recurso narrativo. Los constantes contraluces de esta película que dejan a alguno o a todos los personajes en penumbra y, por tanto, difícilmente identificables, tienen una clara intención de provocar desconcierto en el espectador. Una sensación que va muy en consonancia con el tono de la película. Hay que saber cuáles son las necesidades de nuestras imágenes en pos a lo que estamos contando, y en este caso lo saben.

 

4. LA SAL DE LA TIERRA (Win Wenders, 2014)

Director de fotografía: Hugo Barbier, Juliano Ribeiro Salgado.

Este documental, basado en el trabajo fotográfico del gran Sebastião Salgado, nos muestra una exquisita recopilación de sus imágenes; así como imágenes inéditas de los viajes del artista. En dichas imágenes, la repetición se plantea reiteradamente como un recurso para dotar de ritmo a la imagen: tanto en las fotografías de uno, como en las imágenes del otro. Y claro, no podía ser de otra manera, una película documental sobre el trabajo de un fotógrafo, no podía tener una mala fotografía…

 

3. AMÉLIE (Jean-Pierre Jeunet, 2001)

Director de fotografía: Bruno Delbonnel.

Su fotografía destaca claramente por el uso que hace del color. Todos los tonos están concienzudamente «engamados», teniendo debilidad por los tonos cálidos. En Amélie, al igual que pasaba en Big Fish, se utilizan dos colores complementarios, que en esta ocasión son el verde y el rojo, de modo que impregnan la totalidad de la película. De está manera se consigue una imagen más impactante, más «mágica» si lo preferimos. El mundo interior propio de Amélie, parece así proyectarse en los fotogramas, otorgándonos una visión que dista mucho de la realidad.

 

2. MOONRISE KINGDOM (Wes Anderson, 2012)

Director de fotografía: Robert D. Yeoman.

Wes Anderson es uno de los casos comentados más arriba, mediante el cual un director es reconocido por un peculiar y personal tratamiento de la imagen en sus películas. Así como podemos reconocer a un pintor por una determinada paleta de colores, o por el uso reiterado de una determinada técnica, Anderson es identificable por el aire vintage que «respira» la fotografía de sus películas, así como por una latente obsesión por la simetría, la cual requiere a su vez de un elaborado trabajo de dirección de arte, para que todo quede armónico en unos encuadres más que estudiados que dotan a las imágenes de un orden y equilibrio que tanto satisface a nuestro ojo.

1. DRIVE (Nicolas Winding Refn, 2011)

Director de fotografía: Newton Thomas Sigel.

Winding también divide la imagen en dos partes iguales: izquierda y derecha, y arriba y abajo; de modo que siempre hay dos partes claramente diferenciadas en la imagen. Un recurso que como ya hemos visto, ha sido utilizado por muchos, pero que aquí es utilizado con una delicadeza y maestría especial.

Se gusta mucho de dejar uno de los espacios vacíos, para reflejar la soledad que envuelve a los personajes. Una vez más, la estética y la técnica, al servicio de la historia.

Written by Guadalupe Larrey

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