La historia del día a día que no vemos en muchos puntos del mundo, en concreto en las ciudades, es la de el trabajo de muchas asistentas del hogar, las cuales trabajan (en su gran mayoría), para familias adineradas o con un poder adquisitivo alto.
Una de esos relatos es el que se nos ofrece en dicho film, concretamente en Sao Paulo, en la que Val, sirve a un adinerado matrimonio de clase alta. Todo funciona correctamente en ese ambiente de “servidumbre” protocolaria hasta que aparece su hija en escena, Jessica, a la que hacía 13 años que no veía y que viene con el propósito de sacarse la selectividad. Será entonces, cuando dicha intromisión, romperá el equilibrio familiar que reinaba.
La primera parte del film se centra en presentarnos a Val y hacer todo un recorrido minucioso a sus labores diarias que van desde viajar a por recados hasta servir, limpiar, cuidar del hijo que tienen o cocinar. Además, de ello, también lo que hace fuera de la rutina, en donde se reúne con otras compañeras que trabajan en lo mismo que ella, para ir de fiesta o charlar sobre aspectos cotidianos. Se perpetua además el contraste de mundos que existen, en el que Val, parece condenada a no progresar más allá de lo que hace, siendo la fiel sirviente del matrimonio al que cuida, no obstante, dentro del propio “gremio” de asistentas del hogar, la propia protagonista está entre las mejores y muy tomada en consideración.
La directora Anna Muylaert logra plasmar muy bien como suele ser la convivencia en casas así, en las que se reflejan escenas en las que en una cena nadie habla entre sí y todos miran sus teléfonos móviles, o en modo en el que mientras el resto de la familia duerme en suites, Val debe dormir en un cuartucho de apenas unos metros, sin grandes opulencias. Además de esos contrastes, los aspectos no tangibles como la felicidad también se muestran a la hora de ver que no por tener más dinero, uno consigue la estabilidad plena. Esto, se refleja con Jessica, quien pese a tener que amoldarse a una situación infortuna como es la de vivir con su madre en casa de unos desconocidos, desprende esa felicidad y rebeldía que la hace tener una personalidad propia y a su vez, ese toque de vida, de la cual el resto carece.
Luego, la otra mitad del film se basa en como la intromisión de Jessica en la vida tanto de Val como en la del matrimonio adinerado, cambia por completo todo lo establecido. Los protocolos de cortesía las normas no escritas que Val mantenía, acaban poniéndose en peligro constantemente con ella en escena, haciendo incluso peligrar su puesto de trabajo. Además de que su incursión nos muestra lo verdaderamente roto que está el núcleo familiar en el que está, aconteciendo a momentos que rozan lo surrealista.
No obstante, si hay que destacar la moraleja que se extrae de todo esto, es que a veces como personas necesitamos ciertos empujones que nos hagan ver la realidad de los hechos. Val, que dejó por ciertas circunstancias a su hija a cargo de su padre, se adentró en un mundo que la degradaba tanto moral como personalmente, sin grandes estímulos o sorpresas que la hicieran reaccionar. Siendo Jessica, su hija, esa piedra o esa luz que hace que nos despertemos y podamos ver más allá de nuestro potencial.
Una segunda madre, exalta algunos de los valores de los cuales carece nuestra sociedad, a su vez que es capaz de transmitir la triste realidad de que quien más feliz es, muchas veces es el que menos tiene. Siendo un vivo retrato de que la servidumbre aún es patente en el mundo
Distribuida en España por CARAMEL FILMS
Vista en PASE DE PRENSA en Cines Renoir Floridablanca el 18 de junio, Barcelona.
Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)
Película en CARTELERA a partir del 26 de junio de 2015.
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