Miss Julie (Liv Ullmann, 2014) – 129 min
La noche es ese momento en el que se embriagan los sentidos, se desatan las pasiones, y nos guiamos por los instintos. Para los protagonistas de La señorita Julia (la obra de teatro más conocida del autor sueco August Strindberg) la noche más corta del año, la de San Juan, se va a convertir en la más larga de sus vidas. Una noche de pasión, de amor, de celos, de odio y de confesiones que, una vez terminada, les obligará a hacerse responsables de las consecuencias de sus actos. La actriz y directora Liv Ullmann lleva a cabo una nueva adaptación de este clásico teatral (tras algunas versiones televisivas y las cinematográficas de Alf Sjöberg en 1951 y de Mike Figgis en 1999), que aspira a ser lo más fiel posible al espíritu del original. Puede que ahí resida su mayor virtud, y también su principal fallo.
Escrita en 1888, y siguiendo las unidades clásicas de acción, tiempo y lugar en el teatro, La señorita Julia es un análisis crítico aunque distanciado del sistema de clases sociales, que lleva a la tragedia a aquellos que pretenden trascender su estatus, ya sea alto o bajo. Ullmann traslada la acción de Suecia a Irlanda, donde Julia, la caprichosa hija de un barón, que se ha criado sola y está acostumbrada a tener todo lo que desea, decide seducir al lacayo de la casa, John. Lo que empieza como un juego tendrá inesperadas consecuencias cuando Julia descubra que John, que mantiene relaciones con Kathleen, una criada, está realmente enamorado de ella en secreto.
La señorita Julia es el primer largometraje tras las cámaras de Liv Ullman después de 14 años, tras Infiel (2000), y también el primero desde la muerte de Ingmar Bergman en 2007, que había sido además el guionista de sus dos últimos trabajos como realizadora. Ullman, que también ha dirigido teatro, se encarga ella misma de adaptar un texto de gran carga psicológica, con diálogos cortados, contradictorios y despiadados propios del naturalismo del que Strindberg es representante. La directora observa con la misma frialdad que el escritor a sus personajes, pero sin dejar de trasladar a la pantalla la opresión y angustia existencial por la que pasan en esas horas que nos narra la historia. No faltan además referencias shakesperianas, con la imagen de Ofelia utilizada de manera muy explícita. Quizás ese sea uno de los problemas de la película, la falta de sutileza: Ullmann sugiere bastante, pero muestra demasiado.
La película se luce con la majestuosa presencia de Jessica Chastain y Samantha Morton, especialmente la primera, que se transfigura en la señorita Julia con una entrega y una pasión que arrasan la pantalla. Su sola presencia empequeñece a un forzado Colin Farrell que, a pesar de ser un actor habitualmente eficiente, aquí parece estar incómodo constantemente con su personaje. Ullmann les despoja de ornamentos y les filma con obsesivos primeros planos. El filme está configurados mediante planos frontales, con un equilibrio que solo se rompe con un contrapicado de John, que tiene una función expresiva, ya que en ese mismo momento, los roles se invierten, trascienden las clases sociales, y el lacayo se convierte en el personaje dominante.
Pese al correcto y respetuoso trabajo de Ullman, y una protagonista en estado de gracia, La señorita Julia no juega con el medio cinematográfico todo lo que podría, limitándose a ser casi todo el tiempo teatro filmado, pero faltando la fuerza del directo. Sería probablemente interesantísimo ver una versión sobre las tablas de la obra dirigida por Ullmann, pero, como película, el conjunto, aunque muy correcto, queda algo artificial y extremo.
Distribuida en España por GOLEM
Vista en PASE DE PRENSA en Cines Golem el 11 de Diciembre de 2014, Madrid.
Nota del autor:
6,0 █████ (Correcta)
Película en CARTELERA a partir del 12 de Diciembre de 2014.
Trailer
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