Título original: Kill the Messenger
País: EEUU 
Primera proyección: EEUU, 28 Sep. 2014 (Starz Denver Film Festival)
Duración: 112  min.
Director:
Michael Cuesta 

Guión: Peter Landesman (Libro: Nick Schou, Gary Webb)

“[…] La historia es más que potente y debería salir de ella un thriller de gran calado […] El problema aparece cuando la película apenas aporta nada más que lo que ya hemos descubierto en la sinopsis […]»

Muchas veces, tanto en la vida como en el cine, la satisfacción es una cuestión de cumplimiento de expectativas. Si entras a ver una película pensando que será tirando a regular y luego resulta que está bien, sales contento y te das por complacido. Con Matar al mensajero (Michael Cuesta, 2014) pasa justo lo contrario.

Basada en hechos reales, cuenta las peripecias de Gary Webb (Jeremy Renner, La gran estafa americana, 2013), un periodista que en los noventa destapó un complot de la CIA para financiar el subministro de armas a los rebeldes nicaragüenses mediante la venta de drogas en USA.

La historia es más que potente y debería salir de ella un thriller de gran calado con implicaciones políticas y morales que además arrojara luz sobre un episodio muy oscuro de la agencia gubernamental más cinematográfica que existe.Matar al mensajero

El problema aparece cuando la película apenas aporta nada más que lo que ya hemos descubierto en la sinopsis. El guionista Peter Landesman (Parkland, 2013) debió pensar que teniendo una premisa tan explosiva ya era suficiente como para que el público quedara prendado, y nada más lejos de la realidad.

Además, no se acaba de focalizar en un conflicto; al principio parece que se trata de la investigación del caso, luego de poner a la CIA contra las cuerdas mediante las presiones sociales y finalmente se centra en la situación en la que se puso Webb por sacar a luz lo que había descubierto. Esa línea argumental, que parece responder a lo que ocurrió cronológicamente en la realidad, no está bien hilvanada y se fragmenta en tres segmentos reconocibles.

El peso dramático de la cinta acaba recayendo en la vida de Webb después de publicar tal bomba. En mi opinión, ahí es donde se quería realmente llevar la historia (y sino miren el título), pero el guionista era consciente de que no tenía suficiente material interesante como para sustentar todo el metraje si no incluía las partes anteriores. En ese aspecto, hagan el ejercicio de comparar Matar al mensajero con El dilema (Michael Mann, 1999), y verán que pese a sus paralelismos juegan en divisiones distintas.Matar al mensajero

Siendo todo esto obstáculos para engancharnos a lo que estamos viendo, tampoco ayuda nada que se rompa la verosimilitud en algunas ocasiones, fruto seguramente de querer ser fidedignos a lo que ocurrió y olvidando que no se trata de una reconstrucción de los hechos, sino de una narración cinematográfica que se rige por códigos distintos. Si no cuentas al espectador por qué ocurre una cosa difícil de creer, no se dará por satisfecho con un “es que realmente pasó así”.

La dirección no destaca ni para bien ni para mal. Planos que ya se han visto millones de veces, recursos manidos (por ejemplo, el protagonista sale corriendo al jardín y le siguen cámara al hombro para que el vaivén de la imagen añada tensión a la escena) y en general todo de manual sin aportes destacables. Una pena, ya que en bastantes películas suele haber algún plano que llama la atención por su construcción y siempre es algo que suma al conjunto.Matar al mensajero

Las interpretaciones son todas de notable, pero no se entiende muy bien el casting. Jeremy Renner luce demasiado joven para interpretar a un padre de familia con tres hijos, uno de ellos con dieciséis años. Y los demás actores, quizás a excepción de Andy García (El padrino III, 1990) y Oliver Platt (X-Men: Primera generación, 2011), tienen papeles tan pequeños para su nivel que da la impresión de que están totalmente desaprovechados. Y eso aún se podría aceptar en casos como el de Michael Sheen (El reino de los cielos, 2005) al no ser pesos pesados de Hollywood, pero para darle dos minutos escasos de pantalla a Ray Liotta (Mátalos suavemente, 2012) casi mejor que se lo hubiesen ahorrado. Supongo que se han quedado unas cuantas escenas en la sala de montaje.

En fin, Matar al mensajero tiene a su favor que se deja ver y que lo que explica tiene valor histórico y es sin duda muy interesante, pero con los mimbres con los que cuenta debería haber dado muchísimo más de sí.

Distribuida en España por DEAPLANETA
Vista en PASE DE PRENSA en CINES BOLICHE el 6 de Noviembre de 2014, Barcelona.

Nota del autor:
6,0 
██████ (Correcta)

Película en CARTELERA a partir del 14 de Noviembre de 2014.

Written by Eloy Cabacas

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