«De Loreak me gustó un montón que no fuese una historia convencional, que de repente, como en la vida, parece que no pasa nada y pasa todo»

Itziar Ituño, de Loreak

Fotografía © Irusoin

Eloy Cabacas entrevista a Itziar Ituño, actriz de  Loreak, que se estrena el 31 de Octubre en cines. Una amena charla sobre qué impulsó a Ituño a participar en esta película, la importancia del euskera en la misma, la relevancia de las historias de mujeres y de la mujer en sí en el cine actual…

Barcelona, Cines Verdi
¿Qué ha sido lo más destacado de trabajar con Jon y Jose Maria?

Que son muy exigentes, trabajan mucho el detalle. Quieren mucha organicidad en todo. El reto que ha supuesto para mí entender el personaje que me ha tocado, cuáles son sus motivaciones para actuar como actúa, ha sido lo más bonito también, la búsqueda más interesante, porque yo claro, desde mi persona, yo no soy así. Soy súper feliz de la vida (risas) y de repente encontrar el contrapunto a lo que soy yo… además, tiene una manera de actuar esta mujer que, claro, yo no lo entendía. Decía, ¿Pero por qué hace esto? ¿Qué hace esta mujer? No lo entiendo. ¿Cómo voy a defender esto? Y bueno, tuvimos un montón de charlas, ensayábamos también, pero sobre todo hablábamos del personaje, de por qué; ¿Por qué hace estas cosas? Y les preguntaba un montón. Hablábamos muchísimo sobre Lourdes, porque eso, a mí me costaba un poco entender sus razones. Y ya cuando la entendí, entendí el camino… Muchas veces te dicen: ¡Qué personaje más duro has hecho! Pero… ¿Duro? Ésta es la más blanda de todas (risas), y la más cobarde, que se escapa, huye de los problemas, de lo que le hace daño para no afrontar. Ha sido muy interesante el trabajo, que parte de las exigencias, del “no, ahora vamos a probar así, ahora rómpete, ahora contén, ahora dale un poco menos de intensidad”, y todo eso sin perder la organicidad, es un ejercicio para mí…

Parece que Lourdes lleva la procesión por dentro, es muy complicada a la hora de encarnarla, ¿No?

Sí, ha sido. Pero después, fíjate, yo me acordé de una amiga que es también un poco así, que parece muy segura de sí misma, muy contundente, y luego rascas un poquito y ves todo un mundo que está como una olla a presión.

Está latente, esperando.

Sí, debajo del caparazón de autoprotección que se ha puesto ella, porque seguramente la vida le ha dado muchos palos, Lourdes es un poco así. No es que esta mujer sea dura, un cardo, insensible… porque de flores Lourdes sería el cardo, ¿No? (risas). No es eso, en el fondo se protege porque igual sino se moriría de sensible. Y de ahí, trabajarlo de ahí, me ayudó un montón. Le cogí cariño, además, a la pobre. La defendía a muerte (risas).

Vemos que tiene una relación dura con Tere. A la vez también tiene una relación dura con Beñat…

Claro, espera. Eso es lo que se ve en la película. Han quitado un montón de metraje dónde se veía que la relación entre Lourdes y Beñat era muy de complicidad, muy de vacile, de chistes, que se querían… esa parte no sale en la película. Es que creo que han desechado un montón. No sé si les ha sobrado un montón, han quitado un montón de escenas. Entonces, al final, lo que se ve, no sabemos si estos dos tienen una buena relación o no y qué pasa ahí. Igual está un poco, no sé, no se entiende bien la relación que tienen Lourdes y Beñat al final, queda un poco como fría. Pero en principio en la película tenían buena relación, con lo cual complica un poco más la historia. ¿Quién manda flores aquí? Pero al final lo que sé ve es eso.

¿Y con el hijo?

Pues con el hijo había un par de secuencias más donde también se la veía un poco a ella de madre. Lourdes tiene un hijo de otra relación y yo la historia que me armé en la cabeza no ha salido bien pero esta mujer, como es de me olvido y tiro para adelante, cojo a mi hijo y tiro para adelante, igual es un poco hippie la relación que tiene con el hijo (risas), porque yo a ella la veo un poco así, un poco hippie, y Beñat viene de una familia más tradicional. Y entonces a Tere, mi suegra, no le hace gracia que su hijo se haya juntado con una chica que tiene un hijo de otro padre, y ya partiendo de allí la relación… es una señora clásica, de hay que hacer las cosas como deben de ser, y entonces allí está el choque. Además, no limpia, no hace su papel de mujer (risas).

La tiene enfilada, ¿No?

Sí (risas).

¿Lo que más te llamó la atención para unirte al proyecto? ¿Qué es lo que viste, en qué momento pensaste “sí, me voy de cabeza a esto”?

Pues me gustó que fuese una historia en que las mujeres tuviesen ese peso. Además, mujeres distintas, de distintas edades. Eso me atrajo un montón, que era una historia que hablaba sobre eso, los sentimientos de tres mujeres. Y me gustó un montón que no fuese una historia convencional, que de repente, como en la vida, parece que no pasa nada y pasa todo. Que están pasando las cosas y por debajo hay una corriente subterránea… eso me gustó, que en todos sus detallitos te va haciendo sentir ¿Qué está pasando aquí? Lo que dicen, solo son flores, pero estamos viendo aquí todo. Eso me gustó, la forma de contar la historia. Me pareció muy sensible y poco comercial, lo digo en el buen sentido. En el buen sentido porque claro, siendo actriz, te toca un poco de todo y muchas veces no te identificas muy bien con el proyecto. Pero con este… además, también, que haya sido en euskera, y que me hayan dejado hablar mi euskera vizcaíno… ¡Que me hayan dejado no, que me hayan pedido! Porque hay un euskera batua, que es el que se utiliza, un poco artificial, académico, que muchas veces se hace en los proyectos así. Ellos querían orgánico, lo que te salga más natural, lo más de casa que puedas. Y de repente ha sido poder hablar lo tuyo, y eso ha sido muy bonito.

Por aquí quería ir. El rodar en euskera, ¿Para ti era una ventaja, una cosa que te daba igual en castellano o en euskera, o al revés, te podía suponer un problema? Pero por lo que veo, encantada, ¿No?

Yo encantada, para mí ningún problema. Yo trabajo mucho en euskera, en teatro, en TV… en castellano y en euskera, no tengo problema con ninguno de los dos. Pero hay cosas que decirlas en tu lengua se te hacen como más cercanas, cargas más, hay más corazón cuanto más cerca está tu lengua de ti. No sé si me he explicado bien.

Estamos notando en Cataluña que cada vez se rueda más en catalán, incluso mezclando los dos, como también os pasa en una escena en la que incluso hay inglés, castellano, y euskera. ¿Crees que es una tendencia que está empezando a coger el cine?

A mí me encanta. Me gusta que las cosas sean como naturales, que no sean forzadas. Que en una película una relación sea en catalán, o en euskera, y se hable como en la vida; con unos tienes relación en castellano y con otros… todo esa variedad es riqueza, y sobre todo en las lenguas que lo tienen, hablando mal, más jodido, es como un mérito doble, el poder darle ese impulso en nuestro caso. Vosotros igual a ese nivel andáis algo mejor, pero en euskera es algo más duro. En el teatro, por ejemplo, a la gente le cuesta más ir a verlo en euskera, o ver películas en euskera, hay menos porcentaje de vascoparlantes. Entonces es como un empujar que no sabes si te vas a caer por el precipicio o te va a salir bien. Y esto también era una apuesta de los directores y ¡Jo!, estar en el Festival de San Sebastián con una película en euskera, que es la primera vez en la historia que pasa, en 62 años, ha sido como un subidón… por la parte que nos toca de pueblo, de cultura antigua, estamos ahí, ¡Qué pasada! Porque la peli es buena, no por la lengua, pero bueno…

Es un plus.

Exacto. Que muchas veces preguntaban: ¿Por qué en euskera? Porque claro, la distribución es mucho más difícil, hay también prejuicios, mucha gente va con sus prejuicios a ver una peli en euskera, que en inglés igual no pasa… ¿Y por qué no?

Curiosamente, estos cines donde se ha proyectado, todo es versión original subtitulada. Y han abierto otros hace nada.

Y se va hacia eso.

Exacto. Y cada vez la gente ve más cosas en inglés subtitulado.

Yo creo que aquí, a ese nivel, andáis muy bien. Allí, yo soy de Vizcaya, en Bilbao, para ver una peli en versión original tienes unos cines super chiquitines que se llaman Los Multi, de los ochenta, y alguna película que te ponen en otros. El resto son cines comerciales donde no hay posibilidad. En Donosti pasa un poquito que hay unos cines así, como estos, donde tienes la oportunidad de ver cine bueno, diferente, pero la versión original como que le cuesta a la gente. Y es que es… los dobladores también tienen su trabajo, pero el actor que ha trabajado en su lengua y que está hablando, yo creo que hay que verlo en versión original.

Me queda una que va relacionada con lo que justamente estábamos hablando antes de un proyecto de mujeres. Parece que el drama en España está tendiendo cada vez a dar un papel más importante a la mujer e incluso la estamos viendo como protagonista en muchísimos dramas, desde Te doy mis ojos hace unos años hasta ahora La estrella. ¿Crees que es una tendencia que se está cogiendo, lo estáis notando las actrices a vuestro favor, con papeles más interesantes?

En este caso ha pasado esto. No es tampoco tan común. Yo, lo que me he encontrado a lo largo de la profesión, ha sido que las mujeres a veces sí, tienen su papel central, pero por regla general el que lleva la voz cantante, no siempre, estoy hablando en general, es el protagonista, que suele ser hombre, y en comedia más. En drama parece que nos va mejor a las mujeres, el dramón, el melodrama (risas). Ves muy poca comedia, en el País Vasco, en Euskal Herria, hay muy poca comedia hecha por mujeres. Con chistes, no sé, como que el ámbito de la comedia está plagado de hombres, le sirves el gag y ellos dan el último golpe. Cada vez igual menos. Ahora estoy haciendo otra cosa, una obra de teatro donde la cosa se está empezando a equilibrar un poco más. Igual sí que es una tendencia, espero que sí (risas). Y espero que hagan dramas como este con hombres. Es que sería super interesante para profundizar. Las mujeres tenemos un yo igual más relacional, pero imagínate una película así, una relación entre tres hombres…

Con flores.

Itziar- Con flores. Sería alucinante (risa). Sería… bueno, igual en el 2030, igual se podría (risas).

Fotografía: Irusoin
Entrevista de Eloy Cabacas para LGEcine.org
No está permitida su difusión sin citar las fuentes autoras

Written by Eloy Cabacas

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