Título original: A Serious Man
Título alternativo: Un hombre serio
(Argentina / México / Uruguay)

País: EEUU
Primera proyecciónCanadá, 12 Sep. 2009 (Toronto International Film Festival)
Duración: 105 min.
Director: Joel Coen, Ethan Coen 
Guión: Joel Coen, Ethan Coen

La peor película de los hermanos Coen («Quemar después de leer«, 2008) y la primera gran decepción cinematográfica del año del estreno de esta cinta. Sin duda una jarra de agua fría sobre aquellos que pensábamos que volveríamos a encontrarnos ante otro hilarante e inteligente film del director bicéfalo, que ha resultado ser, como mucho, una sólida base sobre la que se podría haber construido una correcta película de comedia.

Todo se queda ahí, en lo que pudo haber sido y no fue. En no saber exprimir el personaje encarnado por Michael Stuhlbarg («La invención de Hugo«, 2011), que prometía grandes momentos con su interpretación, en la que encarna a un profesor judío capaz de resistir todas las desgracias personales que le vienen encima sin mostrar apenas un ápice de desesperación, lo que consigue que el que acabe desquiciado sea el espectador. Decenas de oportunidades con las que podíamos habernos desternillado con el serio profesor, tiradas a la basura, entre las que se camufla algún sonriente momento en el que podemos respirar tranquilos pensando que la situación mejorará.

Pero no es así. Larry Gopnik, que es como se llama el profesor, padre de una curiosa familia compuesta por una mujer que persigue su divorcio al confesar que le es infiel, una hija que no va a clase por estar obsesionada con la belleza de su pelo, otro hijo que fuma marihuana y un hermano chalado, se resume en un inanimado personaje completamente lineal del que no destaca ningún sobresalto y que en todo momento se comporta del mismo modo, no dando lugar a la sorpresa.

La película comienza con una escena que cuenta una historia pasada que no guarda ninguna relación con lo que veremos a continuación, y da paso a los créditos finales de repente y sin ninguna explicación, sirviéndose de una burda escena que te deja completamente frío. Un carpetazo en toda regla.

Entre tanta penumbra, al menos, hay algo de luz: mucho mensaje oculto, la posibilidad de identificarse con un personaje prácticamente gafado al que le sale todo mal y algunos momentos divertidos protagonizados en su mayoría por gestos y silencios.

Los hermanos Coen, quizá sintiéndose respaldados por una crítica y un público que generalmente siempre les ha apoyado, quizá hiciesen uso de la marihuana de uno de sus personajes y dijeran: hagamos otra película. Y flotando entre los efectos de su fumada empezaron a salir escenas absurdas que después fusionaron para que tuviesen relación entre sí, y a veces ni eso. Da la sensación de que esta vez el cine de autor ha ido tan lejos que se han pasado por el forro de los mismísimos el si esta cinta iba a gustar o no a los sufridos espectadores.

Crítica escrita originalmente el 9 de Enero de 2010

Nota del autor:
5,0 █████ (Pasable)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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