Título original: 23-F: la película
País: España
Primera proyección: España. 23 Feb. 2011
Duración: 
105 min.
Director:
 Chema de la Peña

Guión: Joaquín Andújar

Sin hablar de nada nuevo disecciona con rigor lo sucedido, esbozando conseguidos retratos de todas las figuras involucradas de forma significativa durante uno de los acontecimientos más destacados de la historia española reciente. Chema de la Peña (“Sud Express”, 2006) resuelve con mucho tino la misión de crear un documento creíble y honesto sobre aquella fecha imborrable, punto de inflexión en nuestro país para fortalecer sus bases democráticas.

Bien narrada, argumentada, rodada e interpretada, “23-F” puede no saciar las ansias de nuevos datos de buena parte de los espectadores, pero es que la misión de esta cinta no es otra que la del recordatorio, la de inmortalizar a través del cine el día que pudo haber cambiado el rumbo de nuestro país hasta nuestros días, no la de sumergirse en las turbias aguas de las leyendas urbanas y las hipótesis. Todo ello se consigue con la buena mano de una dirección modesta pero detallista, simple pero muy efectiva, clásica, sin nada que haga ver dentro de sus límites cinematográficos algún intento de llamar la atención con alguna novedosa práctica que busque la experimentación o exagere los hechos mediante el espectáculo visual, pues ya se vale de sobra con el notable trabajo de una dirección artística a manos del gallego Antón Laguna (“Celda 211”, 2009).

La película no pretende endemoniar al Teniente Coronel de la Guardia Civil cuyo nombre conocemos todos, Antonio Tejero (encarnado aquí por Paco Tous), aunque sí se muestra bastante crítica con los hechos. El famoso Guardia Civil no era más que otra de las muchas piezas que se escondían detrás de ese rompecabezas a medio resolver y del que sólo sabríamos los nombres restantes de los implicados de haber sido efectivo el Golpe de Estado. Con el triunfo de la Democracia, las paladas de arena sobre lo ocurrido se sucedieron, creándose entonces un oscurantismo que presume de eterno. Nos encontramos con un Tejero enamorado de esa misma mujer con la que se dejaba ver en el 30ª aniversario del 23-F en las playas de Los Llanos de Aridane (Tenerife), enérgico, imponente, muy testarudo y demasiado “echao p’alante”, tanto que parecía rozar la locura. Con el dispositivo puesto en marcha y el teórico respaldo de las diversas comandancias militares de todo el país, invadió junto a un nutrido grupo de hombres el Congreso de los Diputados, a tiros y pronunciando la frase que se convertiría en célebre: “¡Quieto todo el mundo!”. Allí estaban los clásicos Manuel Fraga, Santiago Carrillo, Leopoldo Calvo-Sotelo, Adolfo Suárez, Gutierrez Mellado, Alfonso Guerra, Felipe González…

Y ante el caos, el Rey Don Juan Carlos tuvo que lidiar con la situación para restablecer el orden constitucional, desarrollando un excepcional trabajo que se ha echado de menos durante el resto de la Democracia, en la que se habrían agradecido más declaraciones o acciones suyas sobre las innumerables ocasiones en las que el país ha estado, o sigue estando, al borde de las peores previsiones. Si bien en la película el actor que lo encarna, Fernando Cayo, no goza de gran parecido físico con el Monarca, esto se compensa con un esmerado papel y una expresión corporal muy trabajada que consiguen acercanos al auténtico Jefe de Estado ante nuestros ojos.

Me ha impresionado muy gratamente Paco Tous («Los hombres de Paco«, 2005-2010 – «Alatriste«, 2006), quien se arranca la comedia de la piel para mostrarse entregadísimo como Tejero en un papel enérgico, apasionante, lleno de vida y con una mirada que hiela. Parece sacado de la mismísima grabación de la famosa secuencia que reproduce el asalto al Congreso y, lo que es mejor, no limita su interpretación a ese momento (sin duda la escena más importante y reconocida) sino que extiende la calidad de su papel durante todo el metraje. Le acompañan otros actores de postín cuyo trabajo es bastante meritorio, como el desarrollado por el siempre excelente Juan Diego (“Padre Coraje”, 2002). En términos generales, las interpretaciones rayan a buen nivel.

El compositor alicantino afincado en Madrid, Antonio Fernández, debuta en un largometraje después de su trabajo en anuncios de televisión y en dos cortos, “El diablo en el paraíso” (1999) y “Casi nunca pasa nada” (2005), marcándose unas partituras intrigantes, nerviosas, que huelen a thriller y/o cine bélico, muy bien encajadas dentro del esquema de esta película y acertadas por la sencillez pero contundencia de los compases de la misma. Con todo lo citado, “23-F” es una buena película, plegada a los hechos tal y como hoy conocemos que sucedieron. Resucita el espíritu de aquel histórico momento, y se confirma como un didáctico entretenimiento infravalorado. 

Nota del autor:
7,0 ███████ (Buena)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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