Título original: In the heat of the night
Título alternativo: Al calor de la noche (Argentina / Venezuela)
Primera proyección: EEUU, 2 Ago.
1967 (Premiere)
Duración: 109 min.

Film realizado por director canadiense Norman Jewison («El rey del juego» 1965, «El violinista en el tejado» 1971, «Jesucristo superstar» 1973,  «Huracán Carter» 1999), que obtuvo en su momento un gran éxito de público y de crítica. El guión, de Stirling Silliphant («El coloso en llamas» 1974), adapta la novela “In the Heat of the Night” (1965), de John Ball, galardonada con el premio Edgar Alllan Poe. Se rueda en escenarios reales de Illinois y Tennessee y en los platós de Raleigh Studios (Hollywood, Los Angeles). Nominado a 7 Oscar, gana 5 (película, guión adaptado, actor principal, sonido y montaje).

La acción dramática tiene lugar en la pequeña localidad imaginaria de Sparta (Mississippi) donde la ubicación homónima en Illinois sirvió de escenario auténtico, durante 3 días muy calurosos de septiembre de 1966. Virgil Tibbs (Sidney Poitier,  «Adivina quién viene esta noche» 1967), policía del departamento de homicidios de Philadelphia, llega a la estación de la localidad para enlazar con el tren de Memphis (Tennessee), donde reside su madre. Durante la espera es detenido por el policía Sam Wood (Warren Oates, «Grupo salvaje» 1967) como sospechoso del asesinato de un poderoso industrial del Norte. Interrogado por el sheriff Bill Gillespie (Rod Steiger, «El fin de los días» 1999), es dejado en libertad. Tibbs y Gillespie inician una singular colaboración para resolver el caso. Gillespie es rudo, terco, agresivo, autoritario e intransigente. Tibbs es un policía moderno, experto, profesional, riguroso y astuto.

 

 

El film suma drama, drama racial, misterio, suspense, thriller policíaco, crimen y crítica social. La acción se desarrolla en una pequeña población del Sur, en la que se hallan muy arraigados los prejuicios raciales y la violencia fanática contra los afroamericanos. El film desarrolla tres líneas de acción. En la primera expone la relación de colaboración necesaria y, a la vez, de amor/odio entre el sheriff racista y el experto inspector Tibbs. Planteada con acierto y credibilidad, se desarrolla con habilidad, sentido de la ironía y toques de buen humor. La segunda línea viene dada por el planteamiento y el avance de la investigación sobre la autoría del crimen a cargo de un perspicaz Tibbs y un atolondrado y poco cuidadoso Gillespie. Mientras el primero busca pruebas y pistas que le llevan a identificar al asesino, el segundo busca sospechosos sin analizar ni la consistencia de los indicios, ni la validez de las pruebas. La tercera línea de la obra se centra en los incidentes de violencia provocados por racistas que no toleran que un hombre de color de fuera se mueva por la localidad haciendo preguntas, relacionando hechos y averiguando cuestiones que desean ocultar a toda costa. En este sentido, la cinta sigue las líneas propias de un thriller vigoroso y pletórico de fuerza, aunque en algunos puntos simplifica las cosas mediante elipsis, justificadas y oportunas en algunos casos y excesivas en otros. Está bien construido el ambiente opresivo, tenso y conflictivo de la ciudad.

El guión es sólido y la historia resulta absorbente. Decae de modo sorprendente en algunos puntos culminantes que se resuelven de modo poco verosímil (enfrentamiento de 8 racistas provistos de armas contundentes contra Tibss). El ritmo es intenso. El film se sigue con interés, aunque incorpora algunos saltos que perjudican la valoración global de la obra que hace un espectador actual razonablemente exigente. El enorme éxito que tuvo en su momento se explica por los deseos del público del momento de que los actores de color tuvieran mayor protagonismo del habitual hasta entonces y se presentaran como personajes positivos e inteligentes. Es del mismo año y responde a las mismas aspiraciones colectivas la película «Adivina quién viene esta noche» (1967).

Se ruedan dos secuelas de la película: «Ahora me llaman Sr. Tibbs» (1970) y «El inspector Tibbs contra la Organización» (1971), ambas de escaso interés.

La banda sonora, de Quincy Jones («La huida» 1972), acompaña las escenas de noche con temas jazzísticos que crean un ambiente nocturno adecuado. Añade cuatro canciones propias, entre ellas “In the Heat of the Night”, que canta Ray Charles y que incorpora el tema principal. Añade fragmentos hipnóticos de piano a cargo de Ray Charles, como el corte “Mama Caleba’s Blues”. La fotografía, de Haskel Wexler («Alguien voló sobre el nido del cuco» 1975), compone secuencias nocturnas de ambiente caluroso y sensual. La atmósfera tensa del relato está recogida en imágenes creadas con precisión y fuerza. Visto con ojos de hoy, el compromiso antirracista del film parece tibio, suave y contemporizador, cuando originalmente tenía la contundencia y el atrevimiento de una primera presentación en pantalla. El film refleja la etapa histórica que vivió el país en las postrimerías del llamado Movimiento por los Derechos Civiles (1955 – 1968) que concluiría con el asesinato de Martin Luther King el 04/04/1968.

Nota del autor:
8,0 ████████ (Muy buena)

Written by Miquel Alenyà

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