Título original: Scarface
País: Estados Unidos
Primera proyección: EEUU, 1 Dic. 1983 (premiere)
Duración: 170 min
Director: Brian De Palma
Guión: Oliver Stone
Música:
Giorgio Moroder

“[…] Tres horas de duración que cabalgan entre la fotografía colorista y la sombría, contando con un excelente guión, una perfecta ambientación y aún mejores interpretaciones, inmersas en escenas de gran violencia y sosteniendo todo esto en la gran metáfora de su trama sobre la codicia, los excesos y las relaciones humanas […]”

Remake adaptado a los tiempos de producción de la película dirigida en el año 1932 por Howard Hawks, llamada originalmente igual que la cinta de Brian De Palma («Los intocables de Eliot Ness«, 1987) y conocida en castellano como «Scarface, el terror del hampa» (1932).

Su argumento nos acerca a la figura del inmigrante cubano Tony Montana (Al Pacino), llegado de Cuba a los Estados Unidos como un refugiado político. Recién aterrizado en Florida, es llevado junto a su amigo Manny Rivera (Steven Bauer) a un centro de detención junto a centenares de compatriotas. Allí recibirá un encargo mafioso que le abrirá las puertas de su carrera criminal en el país y tras cumplirlo, comenzará a trabajar fregando platos en un cochambroso bar que tiene muy claro abandonará pronto, pues gracias a su amigo Manny conseguirá situarse en el mundo del narcotráfico a través de Omar Suárez (F. Murray Abraham), hombre que tras encargarle una complicada misión le lleva hasta quien realmente le interesa, Frank López (Robert Loggia), uno de los narcos mejor situados de Florida, que tiene como pareja a la preciosa, indolente y caprichosa Elvira Hancock (Michelle Pfeiffer), de la que Montana queda prendado.

Tony también visitará en el país a su madre y a su hermana Gina (Mary Elizabeth Mastrantonio), quienes no tenían noticias de él desde hacía más de cinco años. Por ello, Tony tratará de arreglar su situación familiar mediante regalos y promesas, quedando tan sólo Gina satisfecha de las intenciones de su hermano, quien la tratará de una forma excesivamente paternalista.

Desde las cloacas de la vida hasta el éxito más rotundo, Tony Montana se mostrará firme en lo que respecta a dirigir y controlar sus negocios, implicándose en todos los asuntos y demostrando su carácter frío, ambicioso, calculador y desconfiado que tan buen resultado le da en esta película de casi tres horas de duración, que cabalga entre la fotografía colorista y la sombría, contando con un excelente guión (de Oliver Stone), una perfecta ambientación y aún mejores interpretaciones, inmersas en escenas de gran violencia y sostenido todo esto en la gran metáfora de su trama sobre la codicia, los excesos y las relaciones humanas, presentando el conjunto desde la perspectiva del crimen organizado local, nacional e internacional. También presenta continuas alusiones críticas al comunismo y en especial a la dictadura castrista del país natal del personaje, Cuba.

Todos los papeles del reparto están fabulosos y transmiten una credibilidad necesaria para el enfoque de este tipo de argumentos.

Desde el principal protagonista (Tony Montana) encarnado magistralmente por un Al Pacino («Atrapado por su pasado«, 1993) que sentó toda una iconografía a su alrededor por las cientos de escenas que protagoniza, frases para el recuerdo que deja su personaje y lo metido que está en su rol, hasta el cubano Esteban Echevarría rebautizado como Steven Bauer («Ladrón de pasiones«, 1984), en el papel de Manny Rivera, o una buena Michelle Pfeiffer («Lady Halcón«, 1985) con su parasitario, arrogante y chulesco personaje que no hace absolutamente nada productivo en su vida y pasa el día espolvoreándose la nariz con cocaína, afición a la que también se suma Montana para llevarla a límites más exagerados. Robert Loggia («Carretera perdida«, 1997) también desempeña un gran papel como el narcotraficante Frank López junto a su «homólogo» boliviano Alejandro Sosa, interpretado por Paul Shenar, quien falleció de sida seis años después del rodaje de esta película y sin haber podido consolidar su carrera como actor. Si me paro a pensar, hasta Arnaldo Santana, que hace el rol del guardaespaldas Ernie con un guión de no más de media hoja, está estupendo.

El ritmo de la película, para la gran duración de la misma, transcurre con fluidez gracias además del inconmensurable trabajo de la dirección, su guión, argumento e interpretaciones, a la memorable música del compositor Giorgio Moroder, centrada en el estilo disco que él mismo innovó gracias al uso de los sintetizadores que servirían de base para lo que hoy conocemos como música Techno. El tema principal de la banda sonora, llamado «Tony’s Theme«, es sencillamente tan excepcional como todo el conjunto de la película.

Nota del autor:
10  ██████████ (Obra maestra)

Written by Sandro Fiorito

Cofundador de LGEcine

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